Procrastinar no solo implica aplazar una tarea, sino también hacerlo sabiendo que es perjudicial, pues afecta el bienestar e inclusive causa estrés, ansiedad o culpa.
Esta tendencia a aplazar hace que las personas sean poco productivas, pues al aprovechar todo el tiempo que se tiene disponible, se lograrían hacer más actividades y cumplir metas en períodos más cortos de tiempo.
Lograr controlar el hábito de la procrastinación es importante para aprender a tener el control del tiempo, ser más productivos en el trabajo y así, las personas se sienten más cómodas con el cumplimiento de sus objetivos.
Uno de los puntos mas importantes para dejar de procrastinar es la claridad de pensamiento, para lo cual es útil contar con herramientas que permitan la concentración y optimizar el trabajo de alto impacto.
Los trucos rápidos para forzar la motivación suelen no funcionar. Esto se debe a que, justamente, los problemas de procrastinación, en realidad, tienen más que ver con la falta de claridad que con la motivación.
Por esta razón, y de acuerdo con el portal especializado en temas de salud y bienestar Asana, estos son algunos consejos que podrían ayudar a las personas a dejar de procrastinar.
Conectar el trabajo con los objetivos
Una de las mejores estrategias para dejar de procrastinar es entender con claridad cómo el trabajo contribuye a la vida personal y viceversa. Cuando se tiene este nivel de claridad, el trabajo cobra sentido. En vez de trabajar por trabajar, se empieza a trabajar con mayor convicción y sentido.
Establecer prioridades
Es inevitable cambiar las fechas de entrega. Sin embargo, saber qué tareas son más importantes que otras les permite a las personas prepararse para establecer y gestionar mejor sus prioridades. Luego, si los plazos o los cronogramas cambian, se podrán hacer los ajuste necesarios para cumplir las entregas y lograr que los trabajos produzcan resultados realmente significativos.
Dividir las iniciativas grandes en tareas más pequeñas
Cuando hay trabajos grandes se tiende a procrastinar. Por ello, un punto clave es dividir las tareas en partes más pequeñas que se puedan agendar.
Se recomienda que estas subdivisiones se puedan realizar en períodos cortos de tiempo, de 10 a 30 minutos.
Además, resulta útil dividir las piezas grandes, ya que ayuda a descubrir que no se es responsable de todos los aspectos de una iniciativa amplia.
Probar estrategias para gestionar el tiempo
Es probable que una vez que las personas conozcan con claridad lo que hay que hacer, se sientan más motivadas. Aunque igual puede haber días en los que se necesite apoyo extra para ocuparse ciertas tareas. Si ese es el caso, lo más recomendable es incorporar alguna estrategia para gestión del tiempo, para dejar de hacer varias tareas a la vez y poder fluir entre varias ocupaciones. Estas son algunas técnicas que recomienda Asana.
- Técnica “pomodoro”. Esta técnica propone alternar sesiones de trabajo y de descanso. Una ‘pomodoro’ es una sesión de trabajo que dura aproximadamente 25 minutos, a las que les siguen descansos de 5 minutos. Luego de 4 sesiones ‘pomodoro’, se toma un descanso más prolongado. Al trabajar en secuencias breves, es más probable que las personas logren mayor productividad.
- El ‘time blocking’. Es una estrategia de gestión del tiempo que permite planificar cada momento del día. Con esta técnica se puede dividir la semana laboral en pequeños bloques de tiempo para poder organizar las actividades diarias cotidianas.
- El ‘timeboxing’. Es una estrategia de gestión del tiempo orientada a los objetivos. Un timebox o bloque de tiempo representa un objetivo para finalizar una tarea en particular dentro de un marco temporal específico y delimitado por cada persona.