Hay muchas ocasiones en las que los tobillos se inflaman, una afección que puede ser causada por una mala circulación, por estar mucho tiempo sentado o de pie, así como por lesiones como esguinces o golpes.
También es posible que se presente por insuficiencia venosa, cardíaca o hepática, infecciones en las piernas o pies o por padecer trombosis venosa profunda. Además, la hinchazón de los tobillos es común en el embarazo, sin embargo, también puede ser un signo de preeclampsia.
Dependiendo de la causa, la hinchazón en esta parte del cuerpo puede ir acompañada de otros síntomas, como dolor, enrojecimiento, dificultad para mover o sostener el pie, sensación de pesadez en las piernas, cansancio o dificultad para respirar, por ejemplo.
Una de las causas más frecuentes de este padecimiento es el esguince. El tratamiento para esta afección depende de la gravedad de la lesión y debe concentrarse en reducir el dolor y la inflamación, favorecer la curación del ligamento y recuperar el funcionamiento del tobillo. Para las lesiones graves, es posible que se requiera de la atención de un especialista, como un cirujano ortopédico o un médico que se especialice en medicina física y rehabilitación.
¿Cómo actuar?
Así las cosas, en casos leves pueden adoptarse algunas estrategias. Es importante, por ejemplo, tener reposo, aplicarse hielo y levar los pies, según el instituto de investigación Mayo Clinic.
- Reposo. Evitar las actividades que provoquen dolor, hinchazón o molestia.
- Hielo. Usar una compresa de hielo o sumergir la zona afectada en agua helada inmediatamente durante 15 a 20 minutos y repetir el proceso cada dos o tres horas mientras la persona esté despierta. En caso de tener una enfermedad vascular, diabetes o disminución de la sensibilidad, la recomendación es comunicarse con el médico antes de aplicar el hielo.
- Compresión. Para ayudar a detener la hinchazón, es importante comprimir el tobillo con una venda elástica hasta que la hinchazón se detenga. Lo aconsejable es no apretar demasiado la venda para no dificultar la circulación.
- Elevación. Para reducir la hinchazón, se debe levantar el tobillo por encima del nivel del corazón, especialmente por la noche. La gravedad ayuda a reducir la inflamación, ya que drena el exceso de líquido.
- Medicamentos. En la mayoría de los casos, los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno, el naproxeno sódico o el paracetamol, son suficientes para controlar el dolor producido por un esguince de tobillo.
- Dispositivos: Debido a que caminar con un esguince de tobillo puede ser doloroso, es posible que se deban usar muletas hasta que el dolor disminuya. Según la gravedad del esguince, el médico puede recomendar un vendaje elástico, cinta deportiva o una tobillera para estabilizar la zona.
- Terapia. Una vez que baja la inflamación y se reduce el dolor lo suficiente como para volver a ponerse en movimiento, el médico pedirá que el paciente comience a hacer una serie de ejercicios para restablecer la amplitud de movimiento, fuerza, flexibilidad y estabilidad del tobillo. El médico o un fisioterapeuta explicarán el método adecuado y la progresión de los ejercicios.