Tres de cada 100 ciudadanos tienen diabetes, enfermedad crónica en la que los niveles de glucosa en la sangre son demasiado elevadas, según el Ministerio de Salud de Colombia. Las personas que padecen la enfermedad el cuerpo no produce suficiente insulina, hormona generada por el páncreas, indispensable para transformar la glucosa (también conocida como azúcar) de los alimentos que se comen en energía.

Existen dos tipos de diabetes más comunes. Medlineplus, el portal web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, señala que está la diabetes tipo 2, la cual se presenta más frecuentemente en la edad adulta y tiene su origen en el hecho de que el organismo no produce suficiente insulina o a que las células la ignoran.

Existen dos tipos comunes de diabetes, 1 y 2. | Foto: gravity images

En cuanto a la diabetes tipo 1, se da cuando el azúcar obtenido a través de los alimentos no puede ser utilizado de la manera usual por el cuerpo humano debido a la destrucción de las células productoras de insulina. Esto lleva a niveles altos de azúcar o glucosa en la sangre, o hiperglicemia.

Así mismo, existen diversas formas de saber si se padece diabetes, teniendo en cuenta que esta enfermedad “es una causa importante de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores”, apunta la Organización Mundial de la Salud.

Síntomas de la diabetes tipo 1

  • Necesidad de orinar muy a menudo.
  • Hambre constante.
  • Sed interminable.
  • Pérdida de peso incomprensible.
  • Cansancio y debilidad constantes.
  • Cambios de humor repentinos.
Azúcar, glucosa, diabetes. | Foto: Getty Images
  • Nerviosismo.
  • Náuseas y vómitos.

Síntomas de la diabetes tipo 2

  • Frecuentes infecciones.
  • Problemas en la vista, como visión borrosa y cambios bruscos en las dioptrías.
  • Calor y hormigueo en los pies.

Síntomas de la diabetes gestacional

La diabetes gestacional, por su parte, se trata de una diabetes que aparece durante el embarazo y que generalmente desaparece después de dar a luz. Los síntomas más frecuentes de la diabetes gestacional, son:

La Asociación Americana de la Diabetes señala que los pacientes prediabéticos están a tiempo de ajustar sus hábitos de vida. | Foto: Getty Images/iStockphoto
  • Sed constante.
  • Micción frecuente.
  • Cansancio y fatiga recurrente.
  • Cambios bruscos de visión, principalmente visión borrosa.
  • Náuseas y vómitos.
  • Infecciones de orina constantes.
  • Pérdida de peso inexplicable.

Pese a que los anteriormente mencionados pueden servirnos de guía, también existen formas caseras para saber si se padece o no diabetes, como las siguientes:

Antiguamente, para diagnosticar la diabetes, los médicos pedían al paciente que orinase en la tierra. De este modo, si se acercaban hormigas y otros insectos, era un claro síntoma de diabetes. Esto se debe a que las personas con diabetes tienden a presentar una orina con olor dulce (o, en ocasiones, con mal olor) puesto que, si esta enfermedad no se controla, la glucosa pasa directamente a la sangre, lo que haría que, a la hora de ir al baño, la orina estuviese concentrada de azúcar, lo cual generaría este peculiar aroma.

La diabetes tipo 2, se presenta más frecuentemente en la edad adulta | Foto: Getty Images

Esta será una de las primeras cosas que debes tener en cuenta. Si has notado recientemente un cambio en el olor de la orina, así como más ganas de orinar, es probable que se trate de diabetes.

Otra forma de cómo saber si se padece de diabetes es observar si tenemos problemas de cicatrización. Si una persona diabética se hace una herida, esta es más propensa a que tarde en cicatrizar y a que se infecte. Esto es realmente muy peligroso, ya que podría darse el caso tener que llegar a amputar la zona dañada, dependiendo de la gravedad de la infección, así como del tiempo que esta lleve sin ser curada.

Este problema se debe, principalmente, a un fallo en el sistema inmunitario, lo cual suele ocurrir con más frecuencia en la diabetes de tipo 2. Cuando hay una herida, los vasos sanguíneos se inflaman impidiendo que la sangre circule correctamente y, en consecuencia, ni el oxigeno, ni los nutrientes ni los glóbulos blancos pueden trabajar en el proceso de cicatrización.

Cabe resaltar que, a pesar de lo anterior, solo el médico es quien determina la causa real de cada persona, por lo que no se debe dejar de lado ningún tratamiento o consumir remedios naturales asociados a la afección.