La circulación sanguínea es definida como el flujo o movimiento de la sangre por todo el cuerpo. Según detalla el Instituto Nacional del Cáncer en su sitio web, la sangre transporta oxígeno, nutrientes y otras sustancias importantes desde el corazón, a través de los vasos sanguíneos, al resto de las células, tejidos y órganos del cuerpo.
Ahora bien, el sistema circulatorio puede sufrir ciertas complicaciones, sin embargo, primero es necesario entender de qué está compuesto. Según precisa MedlinePlus, servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el sistema vascular es la red de vasos sanguíneos del cuerpo e incluye:
- Arterias: Transportan sangre rica en oxígeno desde el corazón a los tejidos y órganos.
- Venas: Llevan la sangre y los productos de desecho de regreso al corazón.
- Capilares: Pequeños vasos sanguíneos que conectan las arterias pequeñas con las venas pequeñas. Las paredes de los capilares son muy delgadas y permiten el intercambio de sustancias entre los tejidos y la sangre.
Los problemas circulatorios, también llamados enfermedades vasculares, son trastornos que afectan el sistema vascular. Estos son comunes y pueden ser graves, por lo que es fundamental acudir a un especialista médico ante cualquier señal de alarma.
Algunos problemas circulatorios comunes son:
- Aneurisma: ensanchamiento o abultamiento en la pared de una arteria.
- Arterioesclerosis: enfermedad en la que se acumula placa dentro de las arterias.
- Coágulos sanguíneos: incluyendo trombosis venosa profunda y embolia pulmonar.
- Enfermedad de las arterias coronarias y enfermedades de las arterias carótidas: afecciones que implican el estrechamiento o el bloqueo de una arteria.
- Enfermedad de Raynaud: trastorno que hace que los vasos sanguíneos se estrechen cuando tiene frío o se siente estresado.
- Accidente cerebrovascular: afección grave que ocurre cuando se detiene el flujo de sangre al cerebro.
- Várices: venas hinchadas y retorcidas que se observan debajo de la piel.
- Vasculitis: inflamación de los vasos sanguíneos.
Problemas circulatorios en las piernas
La arteriopatía periférica en las piernas es una afección de los vasos sanguíneos que irrigan las piernas y los pies. Esta se presenta a causa del estrechamiento de las arterias en las piernas, ocasionando disminución del flujo sanguíneo, lo cual puede lesionar nervios y otros tejidos.
De acuerdo con MedlinePlus, “la arteriopatía periférica comúnmente es causada por la ateroesclerosis, problema que ocurre cuando el material graso -también llamado placa- se acumula sobre y dentro de las paredes de las arterias y las vuelve más estrechas.
“Las paredes de las arterias también se vuelven más rígidas y no pueden ensancharse (dilatarse) para permitir un mayor flujo de sangre cuando se necesita”, anota la fuente médica.
A causa de este problema, cuando los músculos de las piernas están trabajando más intensamente, como al hacer ejercicio o caminar, no pueden recibir suficiente sangre y oxígeno. Si la arteriopatía periférica se agrava, es posible que no quede suficiente sangre y oxígeno, incluso cuando los músculos están en reposo.
¿Cómo identificar la arteriopatía?
Los principales síntomas de la arteriopatía periférica incluyen:
- Dolor.
- Fatiga.
- Ardor o molestia en los músculos de los pies, las pantorrillas o los muslos.
Por lo general, estos síntomas inician durante el momento del ejercicio o la caminata y desaparecen después de varios minutos de reposo.
MedlinePlus anota que la arteriopatía periférica es un trastorno común y, en la mayoría de los casos, afecta a los hombres mayores de 50 años. Sin embargo, las mujeres también pueden padecerla.
Los factores de riesgo que inciden en el desarrollo es esta afección son:
- Nivel de colesterol anormal en la sangre.
- Diabetes.
- Cardiopatía (arteriopatía coronaria).
- Presión arterial alta (hipertensión).
- Enfermedad renal que involucra hemodiálisis.
- Tabaquismo.
- Accidente cerebrovascular (enfermedad cerebrovascular).
Si la persona comienza a notar alguno de los síntomas mencionados previamente y está dentro del universo con mayores factores de riesgo, es indispensable acudir a un profesional de la salud para evaluar el caso, obtener un diagnóstico preciso y definir el tratamiento adecuado.