La glándula que se encuentra situada en la parte central del cuello y tiene forma de mariposa se denomina tiroides. Como principal función, esta parte del cuerpo se encarga de producir y liberar las hormonas tiroideas, T4 o tiroxina y T3 o triyodotironina que están involucradas en el crecimiento, en el mantenimiento de la mayor parte de las funciones corporales y en la regulación del metabolismo.
De acuerdo con información del portal web Endocrino, las patologías más frecuentes son el hipotiroidismo o déficit en la producción de hormonas tiroideas, el hipertiroidismo o exceso de producción de las mismas, la tiroiditis postparto y los nódulos tiroideos. Específicamente, “el hipotiroidismo se produce por un descenso en la producción de hormonas tiroideas y este déficit da lugar a una ralentización del organismo. Se diagnostica con mayor frecuencia entre las mujeres de 30 a 60 años”.
Entre tanto, las mujeres son el grupo poblacional que sufre con mayor frecuencia alteraciones tiroideas, sobre todo a partir de los 40 años. De modo que si se encuentra en esta edad y presenta algún síntoma como relacionado con la tiroides, se debe consultar al especialista en salud para revisar los niveles hormonales.
Respecto a la sintomatología, el portal web Insparya indica que, en general, los trastornos tiroideos causados por la alteración de las hormonas T3 y T4 pueden provocar la caída del cabello, especialmente en problemas graves o no tratados durante mucho tiempo. Por ello, la revista Mejor con Salud da a conocer algunas recomendaciones esenciales para combatir la pérdida de cabello en estos casos:
Tomar los medicamentos
En caso de que el médico le haya brindado un tratamiento con algún tipo de medicamento o suplemento para tratar el problema de tiroides, es importante seguir al pie de la letra las indicaciones. Esto incluye asegurarse de tomar todos los días la dosis recetada, manteniendo además el horario. Es clave tener en cuenta que para combatir la pérdida del cabello, también se puede considerar tomar algunos suplementos alimenticios (si el médico así lo autoriza) de zinc o colágeno.
Mejorar la alimentación
Una forma de preservar la salud y combatir los problemas de tiroides es manteniendo una dieta equilibrada y adecuada a las necesidades del organismo. Como tal, los pacientes con tiroides deben procurar aplicar las recomendaciones de su médico tratante en cuanto a los alimentos que deberían comenzar a consumir con mayor frecuencia y evitar, en la medida de lo posible, pues “el descontrol hormonal puede disminuir la capacidad para absorber los nutrientes, lo más conveniente es seguir una dieta balanceada y completa, enfocada a mejorar la situación hormonal y de la glándula tiroidea”. Estos son algunos alimentos recomendados:
- Yodo: huevo, pescado, camarones, leche, entre otros, contienen grandes cantidades de yodo, un nutriente indispensable para aumentar la producción de hormonas de la tiroides.
- Ácidos grasos: este tipo de alimentos son necesarios en la actividad del metabolismo del cuerpo, y un gran complemento para mejorar la función de nuestra tiroides.
- Magnesio: su correcta absorción en el cuerpo ayuda a mantener una buena salud metabólica y hormonal, siendo necesario para absorber el yodo.
- Selenio: este mineral es un antioxidante que beneficia la salud de la tiroides. Asimismo, la deficiencia de selenio puede perjudicar la actividad hormonal de tu tiroides.
- Zinc: este es un mineral que forma parte de la delicada homeostasis de las hormonas tiroideas.
- Hierro: los alimentos ricos en este nutriente ayudan a mejorar nuestra resistencia frente a enfermedades, interviniendo en el transporte de oxígeno y dióxido de carbono en sangre.
- Vitaminas A, B y D: todas ellas, con importantes funciones en nuestro organismo, pueden alterar la glándula de la tiroides si son deficientes en el cuerpo.
Beber abundante agua
Un hábito clave cuando se padece algún problema de la tiroides es la hidratación, que no solo beneficia el buen funcionamiento de los sistemas más importantes del cuerpo, sino que es imprescindible para mantener una buena salud capilar. De esta manera, cuando se consume suficiente cantidad de agua a diario, en función de la sed, podrá evitar la caída excesiva del cabello y otros problemas como la resequedad y la caspa.