La mayoría de las personas, alguna vez, han escuchado hablar sobre el sérum, uno de los cosméticos más populares del momento y al que se le han atribuido las bondades de tener un cutis liso, luminoso y más radiante que nunca.
El sérum facial es un tratamiento para rostro y cuello que hidrata y repara la piel en profundidad. ¿Cuál es su gran ventaja? Tiene una mayor concentración de activos por lo que es más eficaz que otras cremas.
Según explica la dermatóloga Andrea Combalia en su libro Piel sana in corpore sano, un sérum “suele ser una emulsión con una gran concentración de principios activos y tiene una textura ligera y de fácil absorción gracias a la cual los activos penetran más profundamente”.
¿Qué sérum usar según el tipo de piel?
Todo depende de las necesidades -antiedad, antimanchas, antiacné, calmante, etc- y lo que se busque. Según los consejos de la dermatóloga, dependiendo de lo que cada persona quiera, se necesita un sérum que cumpla unos determinados requisitos:
- Pieles secas: en estos casos se necesita un sérum que contenga glicerina o ácido hialurónico para hidratar la piel en profundidad.
- Pieles con acné: la mejor solución es optar por las cremas que usen ácido salicílico, glicólico o dioico para eliminar el exceso de sebo y que la piel vuelva a lucir radiante.
- Pieles maduras: el componente estrella que no puede faltar en el sérum es, sin duda, el ácido hialurónico. Porque, además de hidratar, combate los signos de envejecimiento.
¿Cómo se debe aplicar el sérum facial?
1. Primero, se debe limpiar muy bien la cara. El sérum facial debe aplicarse siempre sobre la piel limpia, caliente y ligeramente húmeda.
2. A continuación, para abrir los poros, con una toalla ligeramente humedecida en agua, dar pequeños toquecitos sobre el rostro.
3. Después, aplicar dos o tres gotitas del producto en la zona del centro de la frente, nariz, mentón y pómulos y, extender con las yemas de los dedos, haciendo movimientos circulares desde dentro hacia afuera. También es importante llegar hasta la zona del cuello y escote.
4. Para terminar, cuando el sérum esté seco (en un margen de dos o tres minutos), seguir con la rutina de belleza habitual (aceites, crema para los ojos y crema hidratante). Después se puede aplicar el maquillaje deseado.
Colágeno o ácido hialurónico
Hay dos proteínas que produce el organismo y son claves para su funcionamiento: el colágeno y el ácido hialurónico. El cuidado de la piel está en manos de cada individuo y es importante tener presente que a partir de los 25 años tanto el colágeno como el ácido hialurónico empiezan a descomponerse más rápido de lo que el cuerpo puede reemplazarlos, provocando el envejecimiento de la piel.
El colágeno es una proteína esencial para el ser humano. Su importancia radica en la función de cabecera que tiene en cuanto al buen mantenimiento de los tejidos de la piel. Esta proteína compone el 80 % de la piel y se encarga de mantener una apariencia joven, tersa y saludable en los tejidos cutáneos.
Entre tanto, el ácido hialurónico es una proteína que el cuerpo posee de forma natural, cuya función principal se basa en la hidratación de la piel y la retención de los niveles de agua. Se encuentra en los cartílagos, los huesos y los vasos sanguíneos del organismo. De hecho, los expertos apuntan que esta sustancia es indispensable para que el organismo mantenga unos niveles óptimos de hidratación.
*Con información de Europa Press.