Las arrugas y la flacidez son un signo natural del envejecimiento. Generalmente, aparecen en zonas donde hay mayor exposición solar como el rostro, las manos y el cuello, y de igual manera zonas en donde se tiende acumular la grasa en mayor proporción. Además de la vejez, existen otros factores que influyen en su formación.
Por otro lado, expertos han señalado que el envejecimiento facial genera que la capa de grasa localizada entre los músculos y la piel se vuelva más delgada y disminuya su elasticidad. Con el fin de combatir este problema, muchas mujeres acuden a tratamientos y cirugías que ayuden a mejorar el estado de la piel.
No obstante, hoy en día existe un sinfín de tratamientos naturales que ayudan a combatir la flacidez de la piel, pues ayudan a estimularla y evitar las arrugas prematuras gracias a que aumentan el flujo sanguíneo.
Cómo combatir la flacidez con masajes faciales
Las rutinas de ejercicios faciales, que pueden implementarse diariamente con una duración aproximada de media hora, consisten en una serie de estiramientos, ejercicios de tonificación y masajes del rostro que ayudan a que los músculos mantengan su fortaleza y elasticidad. Cabe señalar que los ejercicios pueden ser realizados con aparatos como los rodillos de jade.
“Un programa de ejercicios faciales de 30 minutos diarios o en días alternos sostenido durante 20 semanas puede mejorar modestamente la apariencia facial de mujeres de mediana edad seleccionadas”, señala el informe publicado en la revista Jama Dermatology.
Existe una serie de ejercicios que pueden ejecutarse durante diez minutos diarios y seis días a la semana con el objetivo de oxigenar, nutrir y estimular la producción de colágeno y elastina para que la piel recupere suavidad, flexibilidad y tonificación.
- Suave sonrisa
Primero se deberá ocultar los dientes con los labios y poner la boca en la posición para decir la letra o. Después, sonreír lo más amplio posible, mientras se mantienen los dientes ocultos. Si se percibe que los ojos se arrugan, estirarlos con las manos. Repetir seis veces.
Luego, manteniendo la sonrisa, poner el dedo índice en la barbilla y mover la mandíbula hacia arriba y hacia abajo, mientras se inclina lentamente la cabeza hacia atrás. Relajarse y repetirlo dos veces más.
Cuidados de la piel para prevenir su envejecimiento
Los rayos solares y ultravioleta son unos de los factores que más daño le causan a la piel. “La radiación ultravioleta, que acelera el proceso de envejecimiento natural, es la causa principal de la aparición de arrugas precoces”, apunta Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Por esto, la entidad brinda algunas recomendaciones para tener en cuenta:
- Se debe usar protector solar (fotoprotector) incluso en los días donde, aparentemente, no hay sol. También se recomienda su aplicación diaria, aunque no se exponga la piel directamente a la luz solar. Las pantallas como tabletas, celular y computadores también afectan la salud cutánea.
- No utilizar lámparas o máquinas para broncearse. Existen algunas empresas estéticas que cuentan con este servicio, pero la verdad es que exponerse a estos procedimientos, al menos 15 minutos, es igual de peligroso que estar expuesto a un día de sol.
- Es importante tener en cuenta que en los lugares donde hay mayor altitud, más rápido se quema la piel.
- Las gorras, sombreros, gafas y sombrillas son aliados para la protección contra los rayos solares.
Para disminuir la prominencia de arrugas y flacidez es fundamental mantener un cuidado de la piel desde joven. El portal Mejor con Salud menciona algunas recomendaciones para tener en cuenta:
- Alimentación balanceada: cuidar la alimentación es una de las principales claves para cuidar el aspecto de la piel. Una dieta balanceada, además de contribuir con ello, beneficia todo el cuerpo.
- Evitar exposiciones dañinas: debe evitarse la exposición a los rayos ultravioleta y a contaminantes como el humo de cigarrillo, ya sea de forma directa o indirecta.
- Dormir: descansar al menos ocho horas es lo que ayuda a que nuestro cuerpo se recupere y repare. Al dormir, el cuerpo continúa trabajando y se concentra en la producción de colágeno.