Para mantenerse en el peso ideal, es importante tener en cuenta la contextura de cada persona pues, de este modo, no se acudirá a procedimientos que puedan causar enfermedades en el organismo o agravar las que ya se padecen.
Es natural que todo individuo que desea bajar de peso quiera hacerlo rápidamente. Sin embargo, la evidencia demuestra que las personas que bajan de peso en forma gradual y constante (hasta un kilo por semana) logran mejores resultados en no volver a recuperarlo.
Sin embargo, la acumulación anormal o excesiva de grasa puede representar un gran riesgo para la salud del cuerpo humano ya que aumenta las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, trastornos de aparato locomotor y algunos tipos de cáncer, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por ello, aunque alcanzar el peso ideal puede ser un desafío para cada persona, existen diferentes técnicas que, acompañados de una alimentación saludable y actividad física regular, pueden contribuir a alcanzar este objetivo.
A pesar de lo anterior, con el pasar de los años este proceso se vuelve más difícil pues, según el portal Medline Plus, el metabolismo se reduce a medida que se envejece, por lo que el medio especializado, Cliki Salud, de la Fundación Carlos Slim, dio algunos consejos para perder peso después de los 50 años.
1. Tomar agua: se aconseja beber por lo menos, dos litros de este líquido al día. Un estudio que se encuentra en el repositorio de la Librería Nacional de Medicina de estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) explica que el agua puede quemar calorías y acelerar el metabolismo
2. Reducir la ingesta de calorías: la recomendación es consumir entre 1.500 y 1.700 diarias, dependiendo las necesidades nutricionales de cada persona.
3. Evitar los azúcares: las grandes cantidades de alimentos que contengan azúcar pueden contribuir al exceso de peso en niños y adultos, y con la obesidad se incrementa el riesgo de sufrir diabetes tipo 2, síndrome metabólico y presión arterial alta.
4. Consumir alimentos ricos en fitoestrógenos: este tipo de productos ayudan a equilibrar las hormonas. Entre ellos se encuentran la soya y la alfalfa.
5. Dormir mejor: el sueño es esencial para gozar de una salud óptima y también es ideal para perder peso, ya que la falta de sueño hace que los adipocitos (células grasas) liberen menos leptina, la hormona supresora del apetito.
6. Disminuir el consumo de sal: la Organización Mundial de la Salud establece una ingesta recomendada máxima de 5 gramos de sal al día (2 gramos de sodio).
7. Evitar las grasas trans: este tipo de alimentos deben evitarse en su totalidad pues es la peor grasa para el consumo humano y aparece en los alimentos que contienen aceites vegetales parcialmente hidrogenados. Se puede encontrar en fritos (papas fritas, donas, comidas rápidas); margarina (en barra o blanda); manteca vegetal; alimentos horneados (galletas, pasteles y postres); y alimentos procesados.
8. Realizar ejercicio: 150 minutos de actividad física semanal pueden ser suficientes. Lo importante, es evitar el sedentarismo.
9. Bajar el estrés: en un estudio de la Universidad de Yale en Estados Unidos se pudo identificar que en esta condición, las neuronas se sobreestimulan causando “insomnio y como resultado aumento del apetito durante la noche”. Es posible recurrir al yoga o a la meditación para controlarlo.
10. Comer saludable: se aconseja llevar una dieta equilibrada entre proteínas, frutas, verduras, cereales, y calcio.
Cabe resaltar que, antes de añadir o eliminar hábitos de la rutina, se debe consultar con un especialista para no agravar afecciones preexistentes.