Cada uno de los pies cuenta con 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos, reseña MedlinePlus, un servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

Reseña que si bien se trata de una zona del cuerpo a la que pocos le prestan atención, está expuesta a distintos problemas de salud, entre los que se encuentran, según MedlinePlus:

  • Juanetes: masa dura y dolorosa en la articulación del dedo gordo del pie.
  • Callos y callosidades: engrosamiento de la piel por la fricción o la presión.
  • Verrugas plantares: verrugas en la planta del pie.
  • Caída del arco: también conocido como pie plano.

“El uso de zapatos inadecuados suele causar estos problemas. La edad y el sobrepeso también aumentan las posibilidades de tener problemas en los pies”, explica la entidad norteamericana. El tratamiento de estas afecciones varía, y aunque la medicina tradicional ofrece varias soluciones para darles manejo, también hay otras recetas caseras que pueden ayudar.

En lo que refiere a los callos o callosidades, Mayo Clinic indica que “son capas duras y gruesas de piel que aparecen cuando la piel intenta protegerse de la fricción y la presión”. Estos suelen formarse en los dedos de las manos o de los pies y pueden ser desagradables para quienes los tienen.

La entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explica que una persona puede tener un callo o una callosidad si observa: un área de piel gruesa y dura, una protuberancia dura y elevada, sensibilidad o dolor debajo de la piel, piel cerosa, seca o escamosa.

Deja en claro que los callos y las callosidades no son lo mismo, en palabras de Mayo Clinic, estas son las diferencias:

  • Las callosidades rara vez son dolorosas. En general, se forman en las plantas de los pies, especialmente debajo de los talones o la región metatarsiana, en las palmas o en las rodillas. Las callosidades varían de tamaño y forma, y con frecuencia son más grandes que los callos.

“Si eres una persona sana, únicamente necesitas tratamiento para los callos y las callosidades si te generan incomodidad. Para la mayoría de las personas, el simple hecho de eliminar la fuente de fricción o de presión hace que los callos y las callosidades desaparezcan”, añade. En consecuencia, hay una receta casera que podría ayudar con este propósito, la cual tiene como ingrediente principal las sales de Epsom, descrito por Mejor con Salud, una revista sobre buenos hábitos y cuidados para la salud.

Cinco tazas de agua, media taza de sales de Epsom y una cucharadita de aceite de eucalipto son los ingredientes que se necesitan para su elaboración. El primer paso consiste en calentar el agua y, antes que hierva, pasarla a otro recipiente, para luego incorporar las sales de Epsom y el aceite de eucalipto. Hecho esto, se revuelve hasta que quede una mezcla homogénea y luego se sumergen los pies durante 20 minutos mientras se frotan con una piedra pómez. El portal recomienda repetir tres veces a la semana para ver mejores resultados.

Este remedio ayudará a reblandecer y eliminar los callos en los pies, además de ofrecer un efecto relajante que ofrecen las sales de Epsom.