Una de las partes del cuerpo que se desgasta con mayor facilidad es el cartílago de la rodilla. Al ser una zona donde está comprometida la movilidad de la pierna, tiende a deteriorarse más rápido, en especial para las personas con actividad física constante.

Los expertos de Mayo Clinic aseguran que el cartílago de la rodilla se desgasta gradualmente a medida que pasa el tiempo, generando una desprotección en los huesos. Como tal, hay varios síntomas que acompañan esta condición, siendo el más predominante el dolor de rodillas al momento de caminar o hacer alguna actividad.

Enfermedades como la artrosis de rodilla o lo artritis reumatoide pueden afectar el estado del cartílago de la rodilla. Este desgaste provoca fricción entre los huesos que componen la articulación, lo que causa dolor, hinchazón y dificultad para caminar. Los síntomas presentes también son: fallo en la pierna al caminar, inflamación de la articulación y rigidez.

El deterioro de cartílagos genera complicaciones en la movilidad y dolores. | Foto: Getty Images

Cuando el dolor ha ascendido a niveles insoportables, las personas tienden a acudir ante un especialista de salud para recibir un medicamento cuanto antes para calmar la situación. Durante el dictamen, el médico tendrá que inspeccionar la rodilla para verificar la hinchazón, dolor, sensibilidad, temperatura y posible presencia de hematomas.

También se encargará de hacer ciertas pruebas de estiramientos para comprobar el estado de la movilidad en esa zona de la pierna hacia diferentes direcciones. Finalmente, hará presión en la rodilla en búsqueda de validar la fortaleza de la estructura ósea y muscular.

De igual forma, otros procedimientos que se pueden realizar dependiendo de la gravedad del dolor son:

La radiografía es uno de los procesos para evaluar el estado de las rodillas. | Foto: Getty
  • Radiografías: ayudan a detectar fracturas ocasionadas por el desgaste del cartílago.
  • Exploración por tomografía computarizada: esta clase de radiografías son más profundas que las normales y permiten encontrar problemas óseos o fracturas sutiles.
  • Imágenes por resonancia magnética: para este caso, los pacientes son sometidos a una prueba en la que se emplean ondas de radio y campo electromagnético para crear imágenes tridimensionales de la rodilla. Es una técnica útil para revelar lesiones en tejidos blandos (ligamentos, tendones, cartílagos o músculos).

A partir de la gravedad de la lesión, el tratamiento varía. Por un lado, puede requerirse el uso de medicamentos para controlar los dolores, especialmente cuando la artritis reumatoide o gota están ampliamente desarrollados.

Otro procedimiento es la inyección, la cual es igual que el anterior, pero en vez de consumir pastillas, el experto de salud inyecta directamente el medicamento en la articulación afectada. Los expertos aseguran que solamente se pueden aplicar tres clases: corticosteroides, ácido hialurónico y plasma rico en plaquetas (PRP).

En el peor de los casos, los pacientes deben someterse a una cirugía, la cual es el procedimiento con mayor prolongación de recuperación, alcanzando a ser de varios meses. La cirugía consta de prácticamente reconstruir la estructura de los cartílagos, ligamentos y huesos. Con base al estado actual, los especialistas llevarán a cabo una de corte artroscópico, de reemplazo parcial o total, y la osteotomía.

El ejercicio junto con la alimentación son vitales a la hora de evitar dolores. | Foto: Getty Images

Para evitar todo ello, también es posible aportar siguiendo unos consejos para no llegar al desenlace de cartílagos deteriorados por completo. Lo primero para cuidar los rodillas es dejar el sedentarismo, tomar líquido, evitar el sobrepeso y no ejercer presión extrema en esa zona.

Los expertos de la Clínica Universidad de Navarra indican que los estiramientos son fundamentales para no perder vitalidad. Calentar diez minutos con movimientos de rodilla acompañados con una rutina de ejercicios ayudará tarde que temprano.

Por otro lado, cuando la rodilla está inflamada o para prevenir eso, se recomienda aplicar frío, dado que es ideal para reducir la hinchazón. Para ello, se puede usar un hielo o trapo remojado en agua caliente, por el hecho de que el contraste de temperatura mejora la circulación sanguínea de los tejidos involucrados.

La alimentación juega un papel crucial en el cuidado, debido a que junto al ejercicio, es la responsable de conservar un peso en óptimas condiciones. Los expertos recomiendan consumir alto contenido de lisina, colágeno y ácido hialurónico.