A la lista de grandes charlas con los hijos ahora hay que sumar la del sexting, una práctica que aumenta cada día. Un nuevo estudio de la Florida Atlantic University (FAU), publicado en el Journal of Adolescent Health, encontró que, en promedio, 14 por ciento de los jóvenes envía mensajes sexualmente explícitos por medio de su celular y 23 por ciento los recibe. Estas cifras crecieron 13 por ciento y 22 por ciento, respectivamente, desde 2016 y, según los investigadores, seguirá en aumento. El trabajo examinó una muestra de 5.000 jóvenes estadounidenses entre los 12 y 17 años. En Colombia el panorama no es diferente. “Pasa con frecuencia en estudiantes de noveno a once”, dice a SEMANA Claudia Gutiérrez, psicóloga y sexóloga de la Universidad Nacional y quien dicta talleres sobre este tema en colegios. “Pero eso no quiere decir que no suceda en jóvenes menores”, añade.

De acuerdo con un informe de 2017 de la Fundación Stop Bullying y la Universidad de La Sabana, siete de cada diez estudiantes de Bogotá han participado en una conversación de este tipo. A esto se suma que, según el Gaula, las denuncias por extorsiones derivadas del sexting vienen en aumento: 900 por ciento en la última década y 17 por ciento en el último año. Para muchos padres los números resultan alarmantes. Sin embargo, según Sameer Hinduja, autor del reciente estudio de la FAU, el problema radica en que un número significativo de adolescentes envía y recibe estos contenidos con poca o ninguna conciencia de sus implicaciones a largo plazo. Entre ellas, la posible humillación, el chantaje, la sanción escolar, el daño a su reputación e incluso los cargos penales.

De acuerdo con el experto, el mejor antídoto contra estos riesgos es educarlos. De nada sirve prohibir el comportamiento si al fin y al cabo lo experimentarán con o sin la orientación de los padres. “El ‘sexting’ es una evolución de cómo comunicamos nuestros deseos. Antes la gente enviaba poemas de amor y cartas llenas de perfume. Ahora, la fotografía es el lugar común”, explica Joseph M. Currin, autor de un estudio similar en 2019.

Tampoco se trata de animarlos, sino de brindarles la información para que puedan tomar mejores decisiones. En este punto, Gutiérrez aconseja a los padres reconocer que a partir de los 12 años los jóvenes empiezan a tener curiosidad sexual, y en ese momento hay que hablarles del valor de la intimidad y la sexualidad. “A esta edad el cerebro no ha terminado de formarse y los jóvenes son impulsivos con estos temas. No dimensionan el riesgo”, explica. Los expertos coinciden en que el sexting entre adolescentes llegó para quedarse. Aquí una lista de los puntos más importantes para hablar con sus hijos, según Hinduja. 1. Nunca incluya su cara No hay que exponer la identidad. Lo mismo aplica para tatuajes, marcas de nacimiento, cicatrices u otras características. Quítese las joyas y evite que en el plano aparezcan cuadros o fotos que otros reconocen. 2. Mejor fotos sugerentes que desnudos Hinduja dice que no es necesario desnudarse para disfrutar del sexting. Pueden experimentar con el boudoir, un género de fotografía que implica sugerir antes que mostrar 3. Use aplicaciones que reduzcan el riesgo Hoy existen redes como Snapchat en las que el usuario envía fotos y puede elegir que desaparezcan en unos cuantos segundos u horas. Aunque nada reduce el riesgo del sexting en un ciento por ciento, son un buen método para prevenir mayor exposición. 4. No envíe fotos a quien no las pidió Muchos pueden confundir una conversación acalorada con la sugerencia de enviar imágenes explícitas. Los jóvenes deben entender que estas fotos no solicitadas podrían calificar como acoso y generar acusaciones penales. Siempre hay que preguntar. 5. Si recibe, no difunda Compartir un desnudo de su exnovia o el de una compañera del colegio que llegó por una tercera persona podría considerarse un intercambio no consensual de pornografía. Hay leyes que lo prohíben y que describen sanciones graves. 6. En caso de ser presionado... Si alguien lo está chantajeando para difundir sus fotos de desnudos a un tercero, reúna la evidencia posible, como capturas de pantalla de la conversación. Eso ayudará en la denuncia y enjuiciamiento del acosador, si es necesario. También serán un soporte para que las redes sociales eliminen estas cuentas.