Los autobronceadores son los mejores aliados para lucir una piel más morena sin exponerse al sol. En el mercado es usual encontrar diferentes presentaciones, sin embargo, hay que tener cuidado a la hora de escoger y aplicarlos para evitar la aparición de manchas en la piel.
La gran ventaja de estos productos es que se puede lucir una piel bronceada sin exponerse a los rayos del sol, que en exceso pueden resultar altamente perjudiciales. Es importante saber que, aunque la piel luzca bronceada, se debe usar protección solar siempre que se tenga contacto con el sol, es decir, que la piel está bronceada pero no protegida.
Tipos de autobronceadores
Antes de comprar un autobronceador es bueno asesorarse para saber las características de cada uno de estos productos y así mismo lograr el efecto deseado. Para el rostro es mejor el serum o las cremas, mientras que para el cuerpo hay cremas, sprays, lociones, mousses, aceites, toallitas, etc.
Los productos que más se usan para generar este efecto son los siguientes:
- Spray autobronceador: su secado es muy rápido y consigue el mismo efecto de bronceado que las otras presentaciones. Se debe aplicar con mucho cuidado, para no dejar parches y que su aplicación sea y se vea uniforme.
- Manoplas autobronceadoras: suelen ser de un solo uso, son fáciles de utilizar y ayudan a extender el producto de manera uniforme. No se deben confundir con la manopla para aplicar el autobronceador en crema.
- Autobronceadores en mousse: son muy apetecibles y su textura en espuma es muy refrescante. Para aplicarlo es necesario hacer uso de la manopla aplicadora.
- Toallitas autobronceadores: suelen ser autobronceadores y solo son para dar color al rostro.
- Lociones autobronceadoras: son las más comunes en el mercado y son ideales para las pieles más secas porque además de hidratarlas les da color. El tono suele ser progresivo y algunas de ellas contienen vitamina E.
Cómo actúan los autobronceadores
Los autobronceadores funcionan gracias a la dihidroxiacetona (DHA). La agencia Europa Press indica que cuando esta molécula que está presente en estos productos interactúa con algunos aminoácidos de las proteínas de la capa más superficial de la piel (la epidermis), produce una coloración que va bronceando la zona en donde se aplique.
Ese tono permanece solo durante un par de días, tiempo después se debe hacer retoques una o dos veces por semana y así será posible mantener el tono que más agrada a cada persona.
Conseguir el tono del bronceado deseado depende de tres factores. En primer lugar, hay que tener en cuenta el color de piel, luego, los tonos que ofrece el producto elegido y finalmente, dependerá qué tan seguido se ha aplicado el autobronceador, pues el tono será mayor que si se ha hecho la aplicación de forma repetida.
¿Cómo aplicar correctamente el protector solar?
Es importante aplicar la protección 10 minutos antes de exponerse al sol y reaplicar cada dos horas, o antes, si se tiene contacto con el agua, o se suda en exceso o hay fricción con la toalla. La recomendación es emplear 2 mg de producto por cada centímetro cuadrado de piel, lo que significa ser bastante generosos con la crema.
Para el rostro se puede tomar como referencia esta medida: dos líneas extendidas en dos dedos. En cuanto al cuerpo, se debe aplicar aproximadamente 30 ml para toda la piel. Si se utiliza fotoprotección en spray o bruma, se necesitará al menos 12 pulverizaciones en cada zona del cuerpo.
¿Se puede aplicar el mismo protector en la cara que en el cuerpo?
Europa Press señala que algunos productos están formulados para ello, pero la farmacéutica, Belén Acero, recomienda usar productos diferentes. Las texturas de los solares corporales son más densas y nutritivas y en el rostro pueden resultar incómodos e incluso provocar grasa y brillos. Los protectores faciales incluyen, además de filtros solares, principios activos que ayudan a hidratar, combatir las manchas, evitar los brillos, etc.