Cuando una persona se enamora su entorno cambia de manera positiva, parece estar más atenta a detalles con los cuales jamás había puesto atención. Sin saber cómo, el amor influye en el cerebro y los comportamientos se modifican de manera instantánea.
El amor es un sentimiento que no se consigue fácilmente. Cuando se produce, todo en el organismo del enamorado cambia, ya que el cerebro emite nuevas órdenes al sistema físico y psicológico del ser humano.
Estimulación de las zonas cerebrales
En el instante en que se produce el enamoramiento, diferentes zonas cerebrales se activan y se combinan con otras hormonas y sustancias químicas provocando alteraciones sensoriales. Un efecto similar al de consumir algunas drogas que provocan excitación.
Aumento de oxígeno y sustancias químicas en el cerebro
Las sensaciones que experimenta el cuerpo al estar enamorado requieren mayor cantidad de oxígeno. Algunos estudios aseguran que “es posible percibir un aumento en el flujo sanguíneo de una persona enamorada”.
Según expresó Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Navarra, en España, “en el enamoramiento, tras el impulso emocional del inicio, se ponen en marcha los circuitos cerebrales de la confianza para consolidar el vínculo amoroso, y se silencian específicamente las áreas que crean distancias, aquellas que se activan en estados depresivos o de tristeza. Diálogos y silencios entre las neuronas atan a los enamorados por una doble vía: atrayéndolos al activar la vía de la recompensa emocional, y superando las distancias personales al desactivar la desconfianza”.
Las sustancias químicas presentes en el organismo también se alteran, por ejemplo, el incremento de dopamina se refleja en la constante sensación de euforia que mantienen las personas enamoradas. Por tal motivo, son evidentes los deseos y sentimientos que se manifiestan en el momento en que se menciona cualquier situación relacionada con la persona de agrado.
La oxitocina también se libera en cada situación de acercamiento con el otro y más aún, si se encuentran en un momento íntimo. A nivel clínico, la presión arterial aumenta sin generar riesgos, a diferencia de ello, produce mayor satisfacción.
Acelera la actividad eléctrica del cerebro
Cuando una persona se siente enamorada, el corazón palpita rápido, las palmas sudan, las mejillas se sonrojan y se producen sentimientos de pasión y ansiedad mientras aumentan los niveles de cortisol.
En el momento en que aumenta el cortisol, la serotonina se agota, precipitando sentimientos o pensamientos de preocupación, esperanza o los típicos terrores del amor temprano.
Este sentimiento desactiva la vía neuronal responsable de las emociones negativas, como el miedo y el juicio social. En este sentido, una persona enamorada desactiva la maquinaria neuronal responsable de realizar evaluaciones críticas de otras personas, por ello se dice popularmente que “el amor es ciego”.
Función del cerebro frente al amor no correspondido
El amor no correspondido está presente en la historia de miles de personas en el mundo. Esta situación puede ser difícil de superar para quienes lo sufren y de acuerdo con algunos estudios, las personas llegan a caer en depresión o disminuye su autoestima.
De acuerdo con el doctor Joaquin Mateu Mollá, experto en Psicología y profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia, “en este punto, participan diferentes partes del cerebro directamente relacionadas con la supervivencia humana, es por este motivo, que hay quienes, incluso, llegan a cometer serios delitos por no sentirse recompensados con su cariño”.
Lesiones cerebrales pueden influir en las relaciones amorosas
Si los enamorados no poseen todas las zonas cerebrales que participan del proceso en buen estado de salud, las consecuencias son diversas. Depresión, relaciones violentas o conflictivas y trastornos en la comunicación, son solo algunas de estas pruebas como se muestra en diversos estudios realizados.
Es un hecho que la influencia del amor en el cerebro se da de una manera que ninguno podría imaginar y de ahí la cantidad de sensaciones encontradas cuando esto sucede. Frases como “no me reconozco” o “el amor sana”, son más reales de lo que se suele pensar.