La menopausia es un período fisiológico en la vida de las mujeres que está condicionado por cambios hormonales y consiste en el cese permanente de los ciclos menstruales, precisa la Clínica Universidad de Navarra.
Se diagnostica después de que transcurren doce meses sin que la persona tenga un período menstrual. La menopausia puede darse entre los 40 y 50 años, pero la edad promedio es a los 51, dicen los expertos.
El instituto de investigaciones Mayo Clinic precisa que esta etapa llega acompañada de síntomas como sofocos y cambios emocionales que pueden alterar el sueño, disminuir la energía o afectar la salud emocional. De igual forma, es posible que se experimenten escalofríos, sudores nocturnos, cambios en el estado de ánimo, aumento de peso y metabolismo lento o pérdida de volumen en los senos.
Con la llegada de la menopausia es posible que incremente el riesgo del desarrollo de algunas enfermedades. Por ejemplo, aumenta la posibilidad de enfrentar afecciones cardiovasculares.
Información de la Fundación Española del Corazón indica que la llegada de la menopausia trae consigo una disminución de la producción de estrógenos, lo que ocasiona una serie de cambios en el organismo que pueden provocar que el riesgo de enfermedad cardiovascular se multiplique.
En un artículo publicado en la página web de esta institución, la doctora Nieves Tarín, explica que durante el período fértil las mujeres cuentan con la protección de los estrógenos, hormonas que ayudan a mantener a raya determinados factores de riesgo.
Sin embargo, al finalizar esa fase fértil, el perfil relacionado con problemas del corazón se ve alterado. La razón es que suelen aumentar tanto los niveles de colesterol como la obesidad, la diabetes y la hipertensión, afecciones muy relacionadas con los problemas cardíacos, entre ellos los infartos.
“Por eso, aunque la edad de aparición del riesgo y de los problemas cardiovasculares en la mujer es algo más tardía en comparación con los hombres, la realidad es que las cosas comienzan a igualarse a partir de los 50 años debido a los cambios que se producen con la menopausia. De ahí que los expertos aconsejen prestar más atención al corazón femenino al llegar a esta etapa, y esto es especialmente relevante cuando el inicio de la menopausia llega antes de los 45 años, lo que los especialistas llaman menopausia precoz o prematura”, precisa la experta.
¿Cómo prevenir el riesgo de padecimientos cardiovasculares?
Dado que la menopausia por sí sola no causa enfermedades del corazón, como lo advierte la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), lo que se debe hacer es prestar atención a los factores de riesgo cardiovascular que pueden verse afectados por la llegada de esta etapa.
Los cardiólogos recomiendan que se acuda con cierta frecuencia al médico para realizar valoraciones de presión arterial, colesterol y triglicéridos, entre otros, pues son afecciones que tienen mucha incidencia en la salud del corazón.
Además de ese control médico, es clave seguir un estilo de vida saludable. Lo primero es llevar una alimentación sana y equilibrada en las que se incluyan frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.
De igual forma, es clave la práctica de ejercicio físico con frecuencia a lo largo de la semana. La recomendación de los expertos es alcanzar menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado, o 75 minutos de actividad aeróbica intensa.
También es clave abstenerse de fumar. Mayo Clinic asegura que las sustancias químicas del tabaco pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos. El humo del cigarrillo reduce el oxígeno en la sangre, lo que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca porque el corazón tiene que esforzarse más para suministrar suficiente oxígeno al organismo y al cerebro.
Mantener un peso saludable es otra de las recomendaciones. Tener sobrepeso, especialmente en la cintura, aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y en la menopausia las mujeres son más propensas a subir de kilos.
Por último, tratar de reducir el nivel de estrés. La Guía Europea de Prevención Cardiovascular señala el estrés como un factor de riesgo porque cuando una persona lo padece somete al organismo a tensiones que afectan la salud cardíaca. Adicionalmente, es posible que el estrés y la ansiedad generen cambios en los hábitos de vida recurriendo a algunos menos saludables, dicen los especialistas de la Fundación Española del Corazón.