Por naturaleza, el organismo acumula gran cantidad de desechos en los intestinos. Sin embargo, malos hábitos alimenticios y otras situaciones generan que estos afecten el funcionamiento de todo el cuerpo por quedarse posando allí en vez de ser expulsados. A partir de ello, es importante tener en cuenta el modo para limpiarlo naturalmente. El intestino grueso puede causar problemas de salud si no se limpia adecuadamente.
En primer lugar, es clave saber qué está causando la acumulación de toxinas para evitar que se postergue y mejorar la salud intestinal. La investigación Antioxidant activity of anthraquinones and anthrone revela todo lo relacionado con este proceso.
Si desea limpiar los intestinos y órganos adyacentes afectados por estreñimiento leve u ocasional, bastará con agregar fibra y hierbas a la dieta para normalizar la liberación de heces. En ese orden de ideas, uno de los mejores alimentos para lograr aquello son las alcachofas.
Esto es para una limpieza superficial, por lo que una de corte más profundo requiere otros métodos, dado que las toxinas se adhieren a la pared intestinal, lo cual dificulta su eliminación. Las personas que no van al baño durante tres días consecutivos alcanzan a acumular 15 tipos de desperdicios de alimentos, una cifra nada alentadora para la salud digestiva. La limpieza de colon e intestinal es un procedimiento fundamental, por el hecho que elimina todos los desechos y cosas innecesarias que terminan obstaculizando la digestión. Por ejemplo, plagas en productos que han sido cosechados hace mucho tiempo.
Se puede tener un intestino limpio por medio una limpieza intestinal adecuada y una dieta adecuada. Igualmente, dormir mejor, respirar adecuadamente, oler bien, eliminar el acné y los brotes; son hábitos que le aportan a la salud digestiva. Retornando a la limpieza intestinal, ésta también tiene efectos tónicos tales como estimular las glándulas abdominales, el hígado y especialmente el páncreas. Todo esto funciona para mejorar la ingesta y absorción de alimentos.
Un método frecuenta es el uso de los laxantes, pero a la hora de analizarlo, es más perjudicial que beneficioso. En primer lugar, los investigadores afirman que sus ingredientes son más tóxicos e irritantes que los propios alimentos. En cambio de ingerir laxante, lo mejor es lavarse las manos y boca, bañarse, tomar infusiones a base de hierbas o cambiar la alimentación. Las alternativas mencionadas son más confiables para eliminar al máximo las toxinas presentes. No hay que confiar plenamente en los laxantes ni remedios desconocidos, debido a que tienen efectos contraproducentes.
Empero, el informe hace énfasis en que la única excepción a la regla frente a los laxantes es cuando luego de acudir a un centro médico para tener un dictamen exacto, es cuando el especialista los receta por la gravedad del asunto. De lo contrario, no se puede automedicar.
En viceversa, lo mejor es cambiar la alimentación por mejores productos. De nada servirá la purificación si los alimentos negativos volverán a ingresar. Las toxinas continúan acumulándose y afectando el cuerpo, por más lavados que se hagan.
Además de eso, conservar una rutina sedentaria es otro elemento que obstaculiza la salud digestiva y, por consecuencia, impide que los resultados de la limpieza intestinal se noten. De hecho, la actividad física moderada es una de las formas más efectivas de ayudar a limpiar el colon. La investigación demuestra que el ejercicio facilita el tránsito intestinal y mejora la limpieza en la parte final del sistema digestivo; es decir, en la liberación de heces y desechos.
El punto de partida no es más que cambiar la dieta, enfocándose en alimentarse con frutas secas de temporada, verduras, frijoles y nueces. El intestino estará mucho más limpio en poco tiempo, al igual que los riñones e hígado. En ese orden de ideas, la salud de los órganos responsables de la digestión y a nivel general mejorará considerablemente.
Entre los hábitos positivas, se puede por ejemplo en la mañana beber un vaso de agua tibia mezclada con miel y jugo de limón. O también ingerir zumo de manzana al menos tres veces por semana. Se deben evitar los alimentos sólidos durante los días que el cuerpo se mejore.
Otra alternativa es el jugo de jengibre. Se necesita calentarla hasta el ebullición y luego conservar el jugo en un espacio cerrado. Después se calienta una taza de agua con media cucharada de la mezcla de jengibre y limón al gusto. Lo importante es no dejar enfriarla, por el hecho que el efecto de la infusión es en estado caliente.
El jugo de aloe vera también es muy efectivo. Hay que romper la rama por la mitad junto a usar una cuchara para quitar los cristales. Acto seguido, se colocan dos cucharadas del aloe vera, dos cucharadas de agua, jugo de limón y miel en una licuadora al gusto. Hay que consumirla en ayunas durante unos siete días consecutivos.