Las enfermedades asociadas al corazón son la principal causa de muerte en el mundo. Cada año fallecen en el planeta más de 17 millones de personas por enfermedades cardiovasculares, incluida la enfermedad cardiaca y el accidente cerebrovascular, de acuerdo con datos de la OMS.

Existen muchas razones que pueden aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón. Se les llama factores de riesgo. Algunos de ellos no se pueden controlar, pero hay muchos que sí.

De acuerdo con información de MedlinePlus, uno de los que no se puede controlar es la edad. A medida que envejece la persona, el riesgo es mayor.

De igual forma, el sexo se constituye en un factor de riesgo, pues hay aspectos que pueden afectar de manera diferente a las mujeres en comparación con los hombres. Por ejemplo, el estrógeno brinda a las mujeres cierta protección contra las enfermedades del corazón, pero la diabetes aumenta más el riesgo de enfermedades del corazón en las mujeres que en los hombres

Aquí también entra a jugar la historia familiar. Hay mayores probabilidades de que la enfermedad se presente si se tiene un familiar cercano que tuvo una enfermedad cardiaca a temprana edad.

Corazón y sistema circulatorio con vasos sanguíneos | Foto: Haag & Kropp GbR

Pero si bien frente a estos aspectos no es mucho lo que se puede hacer, también es cierto que hay muchos otros que las personas pueden tener en cuenta para reducir sus posibilidades de enfrentar enfermedades del corazón.

1. Controlar la presión arterial: la hipertensión es un importante factor de riesgo. Los expertos de MedlinePlus recomiendan que la presión arterial sea revisada regularmente, al menos una vez al año para la mayoría de los adultos, y más a menudo si sufre de presión arterial alta.

2. Mantener el colesterol y triglicéridos bajo control: los altos niveles de colesterol pueden obstruir las arterias y aumentar el riesgo de enfermedad coronaria y ataque al corazón. Los triglicéridos, por su parte, son otro tipo de grasa en la sangre que puede aumentar estos riesgos, especialmente en las mujeres.

3. Dieta saludable: es clave tratar de limitar las grasas saturadas, los alimentos ricos en sodio y azúcares agregados. Comer mucha fruta fresca, verduras y granos enteros ayuda a mantenerse saludable.

4. Ejercicio regular: el ejercicio tiene muchos beneficios, fortalece el corazón y mejora la circulación. También puede ayudarle a mantener un peso saludable y bajar el colesterol y la presión arterial.

5. Controlar el nivel de glucosa: las enfermedades cardiovasculares son responsables del 80 % de los fallecimientos en personas con diabetes, según la Asociación Americana de Diabetes. Por eso, la Fundación Española del Corazón recomienda controlar el nivel de azúcar en la sangre, de manera que se pueda recibir tratamiento en caso de que el especialista diagnostique diabetes. Si esta patología no se diagnostica y trata a tiempo, aumenta el riesgo de las enfermedades cardiacas y cerebrovasculares.

Exiten argumentos no comprobados sobre las enfermedades del corazón que carecen de sustento médico.

6. Limitar el alcohol: beber demasiado alcohol puede aumentar la presión arterial y añadir calorías, lo que puede elevar el peso. Ambos incrementan el riesgo de enfermedades del corazón.

7. No fumar: los expertos indican que fumar cigarrillos eleva la presión arterial y lo pone en mayor riesgo de ataque cardiaco y accidente cerebrovascular.

8. Controlar el estrés: el estrés está vinculado a las enfermedades del corazón de varias maneras. Puede aumentar la presión arterial. El estrés extremo puede ser un “desencadenante” de un ataque al corazón. Además, algunas maneras comunes de hacer frente al estrés, como comer en exceso, beber mucho y fumar, también resultan dañinas. Algunas formas de ayudar a controlar el estrés incluyen hacer ejercicio, escuchar música, enfocarse en algo tranquilo y meditar.

9. Dormir suficiente: si no se duerme lo suficiente, aumenta el riesgo de hipertensión, obesidad y diabetes. Estas tres afecciones pueden incrementar los riesgos de enfermedades del corazón. La mayoría de los adultos necesitan de siete a nueve horas de sueño por noche. Por esta razón es importante tener buenos hábitos de sueño. La apnea del sueño, por ejemplo, hace que las personas dejen de respirar brevemente muchas veces durante el sueño. Esto interfiere con la capacidad de obtener un buen descanso y puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca.