La memoria es un proceso psicológico que sirve para codificar información. Aunque es el proceso de almacenamiento que usa el cerebro para recordar aquellas cosas aprendidas o experimentados a lo largo de la vida, su desmejora puede ser una parte normal del envejecimiento.
Olvidar dónde quedaron las llaves o no recordar pequeñas cosas de la vida cotidiana son síntomas que empiezan a preocupar a las personas. Sin embargo, olvidar algunas cosas no siempre es un síntoma alarmante.
Se debe asistir con urgencia un especialista cuando la memoria falle varias veces e intervenga en la vida cotidiana de una persona, pues cómo caminar, cómo hablar y cada etapa de enseñanza es exitosa gracias a la memoria.
Existen diferentes tipos de memoria humana, entre las que se encuentra una a largo plazo, a corto y la llamada fotográfica, y desde el momento del nacimiento el cerebro humano recibe información para ser almacenada.
La memoria a largo plazo es la encargada de almacenar recuerdos por un tiempo prácticamente ilimitado. Lo que se almacena en la este tipo de memoria puede durar apenas unos segundos o, incluso, años. Esta es la que normalmente se usa para realizar la mayor parte de las labores diarias, pues almacena la mayor parte de las destrezas de una persona.
La revista especializada UnCOMO, publicada a través del portal Mundodeportivo, listó una serie de recomendaciones con las que es posible mejorar la memoria a largo plazo y prevenir su deterioro con el pasar de los años:
Actividad física para mejorar la memoria
Cabe recordar que en el pasado, los estudios han demostrado que el ejercicio físico puede mejorar ciertos aspectos de la capacidad cognitiva y el rendimiento de la memoria. Además, los adultos que son más activos físicamente tienden a tener una mayor función del hipocampo.
El hipocampo es una zona vital para el aprendizaje y la memoria, y es particularmente sensible al estrés; además, a medida que la gente va envejeciendo, esta es una de las primeras áreas que se ve afectada negativamente, según el portal La Vida Lúcida, en su sección de salud y bienestar.
Una investigación llevada a cabo por Van Dongen, Kersten, Wagner, Morris y Fernández, en el 2016, citada por la Universidad ISEP, concluyó que el ejercicio físico optimiza la capacidad de memoria, sobre todo si esta actividad se realiza en un intervalo de tiempo específico y no inmediatamente después del aprendizaje.
Ejercicios y juegos para mejorar la memoria
Una persona de la tercera edad puede cambiarse el reloj a la muñeca contraria o realizar tareas con la mano opuesta a la que siempre ha utilizado, vestirse con los ojos cerrados o hacer trayectos diferentes para visitar lugares habituales como el trabajo, la tienda o la casa de familiares y amigos.
Este tipo de actividades, según un estudio realizado por The New England Journal of Medicine, en Estados Unidos, permiten que el cerebro se mantenga activo y estimulan la sinapsis o conexiones neuronales, lo que contribuye a que la memoria se mantenga intacta.
El mismo estudio examinó también el papel de ciertas actividades intelectuales en la salud de la memoria y concluyó que tres de ellas eran muy positivas: leer, tocar instrumentos musicales y jugar juegos de mesa.
Cambiar la rutina para mejorar la memoria
Realizar actividades rutinarias puede generar un sentido de desconexión con el día a día, por lo que expertos de Harvard aseguraron que cambiar pequeñas cosas de esa rutina, como intercambiar hábitos, puede ayudar a mantener al cerebro en buena forma.
Un ejemplo puede ser cambiar de mano al comer o al cepillarse los dientes; según los expertos, esos cambios obligan a las células del cerebro a adaptarse y comunicarse entre sí, algo positivo pues evitará que mueran prematuramente.