El sistema inmunitario es una compleja red compuesta por células, tejidos y órganos que ayuda al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades. Cuando invaden al organismo, algunos gérmenes como las bacterias o los virus se multiplican dando origen a una infección, que luego se convierte en una enfermedad como tal. Por eso el sistema inmunitario combate los gérmenes para evitar que se llegue a la enfermedad, según explicó el portal de medicina y salud Medline Plus.
La principal fuente de vitamina D es el Sol, y el ser humano la toma cuando la piel está expuesta a rayos ultravioleta. También es posible hallarla de forma natural en algunos alimentos.
Los pescados grasos como la trucha, el salmón, el atún y la caballa aportan vitamina D. También los aceites de hígado de pescado, el hígado, la yema de huevo y el queso contienen cantidades pequeñas de esa vitamina. Además, los champiñones aportan algo de este componente y algunos productos lácteos, como la leche de almendra.
La vitamina D ayuda a que los huesos se mantengan fuertes y sanos, debido a que favorece la absorción de calcio presente en algunos alimentos. Se cree que las personas que tienen niveles bajos de esta vitamina pueden presentar una disminución en la fuerza muscular, mayor riesgo de lesiones y más capacidad de retener grasa.
Humberto Astiazarán García, profesor de la Coordinación de Nutrición del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), aseguró que existe evidencia científica de que la vitamina D, así como la A y la E, contribuye al sistema de defensas del cuerpo, particularmente el pulmonar.
Es importante mencionar que el profesor aclara que si una persona lleva una alimentación balanceada y saludable no es necesario consumir suplementos vitamínicos, ya que el cuerpo es el encargado de mantener en equilibrio todos los nutrientes que adquiere por medio de los alimentos.
Algunas afecciones médicas pueden contribuir a la falta de esta vitamina en el organismo, tales como la obesidad y la nefropatía. Otras condiciones pueden afectar la absorción de vitaminas en el intestino, tales como: fibrosis quística, crohn, enfermedad celíaca y la cirugía de adelgazamiento.
Además, algunos medicamentos pueden afectar la presencia de esta vitamina en el cuerpo, como los esteroides, medicamentos anticonvulsivos, antiácidos (medicamentos para el reflujo) y fármacos para reducir el colesterol, según el portal web Scrubbingin.
El doctor Josep Blanch, presidente de la Sociedad Española de Investigaciones Óseas y del Metabolismo Mineral, señala que la carencia de la vitamina D se debe “a factores ambientales, sobre todo la elevada contaminación en las ciudades; además de otros como la edad, el tipo de piel y una dieta pobre en alimentos que contienen dicha vitamina”.
“Fatiga y cansancio, pesimismo y un estado de ánimo más deprimido, ligera excitabilidad, debilidad muscular, nerviosismo e insomnio, antojo de comer dulces, caries y gingivitis”, son algunos de los síntomas que se presentan cuando hay deficiencia de vitamina D, así lo explica la revista Hola.
Signos de deficiencia de vitamina D
1. Dolor de huesos y dolores lumbares: las personas de todas las edades pueden presentar estos síntomas si padecen de deficiencia de vitamina D en el organismo. La mayoría de pacientes culpan a su edad de estos dolores cuando pueden haber otros factores que estén influyendo.
2. Fatiga: tener hábitos de sueño y alimenticios y la falta de ejercicio pueden contribuir a la falta de energía. Sin embargo, es importante validar los niveles de vitaminas presentes en el cuerpo. Algunas personas pueden perder los niveles de estos componentes con el tiempo y pueden sentirse fatigados; culpando a la vida diaria.
3. Dolores y calambres musculares: los receptores de la vitamina D se han relacionado con los receptores del cuerpo que detectan el dolor. La deficiencia de este componente puede ocasionar dolores musculares, calambres e incluso debilidad muscular.