1. Elegir el lugar de destino: Decidir el lugar es el primer paso para comenzar a planificar, soñar y hacer cosas para llegar hasta allí. Es importante que elija un lugar que sea significativo, que sea ese sitio donde usted ha querido ir. Ningún lugar está lejos de su alcance. Cuando haya elegido el país y la cuidad, trate de leer todo lo que pueda de este sitio, de los lugares que debería visitar, de la cultura, la moneda, las festividades, conciertos y otras actividades que se vayan a hacer en el momento que usted planea viajar. Así podrá aprovechar al máximo su estadía en ese destino. 

2. Fecha: Pónganse una fecha clara y precisa para realizar su viaje. La mayoría de personas dice “yo quiero viajar”, “algún día viajaré”, “cuando tenga 50 ó 60 años, seguro que lo haré”, “cuando me gradúe”, “cuando me jubile”, “cuando Dios me dé el viajecito”, etc, y así se les van pasando los años, van adquiriendo  nuevas responsabilidades, los años hacen mella, la salud se deteriora y cuando menos piensan, ya están viejos o enfermos y nunca viajaron. Recomendamos: 10 recomendaciones para viajar en avión en temporada alta 3. Metas concretas: El pensamiento debe orientarse hacia metas concretas: “El 24 de abril de 2018 haré un viaje por cinco países de Europa y para eso tendré ahorrado 3.000 dólares”. Sí amigos, aquí también entra eso de la programación neurolingüística, la disciplina, la fe, la fortaleza, y todo lo que se relacione con la solidez espiritual para buscar la realización de los sueños. 

4. Visualice la meta: Empiece a visualizar esa idea cada vez más clara en su mente, hasta le recomendaría comprar un mapamundi en 2D ó 3D, o que usted mismo imprima un mapa del lugar al que quiere ir y lo cuelgue en la parte más visible de la casa donde pueda verlo varias veces al día. Esta ilusión se va materializando; es el poder de la palabra, del pensamiento, del deseo intenso que con fe se va concretando. Puede leer: Treinta consejos para un buen viaje 5. Mi fórmula: Yo tengo una fórmula casi matemática para poder viajar: TD+A=V (Trabajo Duro + Ahorro = Viaje). Mi vida, entonces, transcurre en períodos definidos por estas actividades, trabajo, ahorrando y finalmente viaje. Cuando no estoy viajando, estoy planificando nuevos destinos. 6. No es cuestión de suerte, ahorre: No me gusta cuando me dicen que no todo el mundo puede hacer viajes extensos, como los que yo he emprendido, que si he podido realizarlos es por “suertudo”. Siempre les respondo que en estos asuntos no se le puede dejar mucho a la suerte, porque el asunto es de disciplina, especialmente orden y rigor para ahorrar. Así sea unos pesos diarios, esos centavos que se van fácilmente en cigarrillos, licor, limosnas, máquinas electrónicas, juegos de azar, en fin…  El consejo es abrir una cuenta de ahorros que se alimentará con dinero única y exclusivamente para un viaje y que nunca se tocará para resolver otro asunto.  Sugerimos: Tiquetes baratos ¿cómo y dónde conseguirlos? *Por: Daniel Tirado, experto en viajes. Ir al especial