Para bajar de peso se deben tener en cuenta varias recomendaciones, entre ellas los cambios en la alimentación, el aumento de la actividad física, así como el compromiso y el esfuerzo de quien se propone esta meta.
De hecho, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la base para lograr adelgazar sigue siendo una dieta saludable de bajas calorías.
El diario español Mundo Deportivo reveló, en su sección de deportes, que para bajar de peso en tres meses y de paso ver cambios en el cuerpo se debe tener una dieta equilibrada y cuatro o cinco días de entrenamiento.
Sin embargo, también existen otras ayudas naturales que pueden beneficiar le proceso de pérdida de peso, una de las más recomendadas es el agua de jengibre, pues es un excelente diurético, además ayuda a eliminar la grasa.
De acuerdo con el portal Tua Saúde, el agua de jengibre puede ayudar en la pérdida de peso y en la prevención de algunos problemas de salud.
Algunas recetas caseras con este alimento son incluidas en dietas para la pérdida de peso. Es entonces, que el jengibre con sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes puede ser un acompañante en esta estrategia en la pérdida de esos kilos de más.
Para preparar esta bebida se necesita un tallo de jengibre, dos cucharadas de miel y agua.
Paso a paso:
- Poner en una taza el agua a hervir con el tallo de jengibre pelado y picado.
- Cuando esté en su punto de ebullición, apagar al fuego, sellar el recipiente y reposar la infusión 10 minutos.
- Una vez transcurrido el tiempo, se agrega la miel y la mezcla está lista para ser consumida.
De acuerdo con los expertos, la infusión debe tomarse caliente pues de esta forma conserva todas sus propiedades. También, el portal Mejor con Salud señaló que se puede añadir orégano, pues tiene propiedades que junto al jengibre potencian los efectos esperados.
Respecto a la alimentación, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde aconsejó:
- Preferir leche y sus derivados descremados o bebidas vegetales, como leche de coco, avellanas, almendras o avena.
- Agregar una cucharada de semillas (linaza, chía y ajonjolí) en jugos naturales, ensaladas, cereales del desayuno y yogures;
- Comer un puñado de frutos secos en una de las meriendas, como cacahuates, almendras, nueces, pistachos o avellanas.
- Escoger una sola fuente de carbohidrato por comida, dándoles preferencia a los alimentos integrales y a las leguminosas, como arroz, pan y pasta integral, lentejas, frijoles, garbanzos, papa con piel y camote.
- Comer una ensalada cruda antes del almuerzo y de la cena.
- Evitar el consumo de azúcares simples o alimentos que lo contengan, como las galletas rellenas y pasteles.
- Evitar las frituras o alimentos ricos en grasas saturadas o trans, como salsa tipo ketchup, mayonesa, margarina, manteca, nuggets, pizzas congeladas y helados, así como la comida rápida.
Asimismo, es recomendable tomar agua, pues de esta forma se eliminan las toxinas. No obstante, el consumo diario de este líquido es distinto para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general los hombres deberían consumir 3,7 litros de agua al día y las mujeres deberían beber 2,7 litros.
Sobre el ejercicio, los mejores son: flexiones, curl de bíceps con pesas, extensiones de tríceps con peso corporal, zancadas, sentadillas, sentadilla búlgara, extensiones de pierna con peso corporal, patada de glúteo, plancha, abdominales y hip thrust.
Lo ideal es hacer ejercicio de fuerza mínimo 3 veces a la semana y dejar descansar el músculo mínimo 24 horas.