El bicarbonato de sodio se ha convertido -con el paso de los años- en un producto indispensable no solo en las cocinas, sino también en los botiquines familiares. Esto se debe a que ofrece diversos beneficios saludables que pueden obtenerse tan solo disolviendo una cucharadita en agua.
Este ingrediente, que puede adquirirse en cualquier tienda o supermercado, es económico y puede ser un aliado para el cuidado de la piel y para dolencias estomacales.. De acuerdo con el portal especializado Mejor en Salud, el bicarbonato de sodio puede ser aplicado para hidratar, ayudar a disminuir la apariencia del acné y las manchas.
La biblioteca médica MedlinePlus señala que este es un antiácido usado para aliviar el ardor en el estómago y la indigestión. Sin embargo, es un ingrediente que debe usarse con precaución y en cantidades moderadas.
¿Cómo usarlo?
El bicarbonato de sodio viene en forma de tabletas y en polvo para tomar por vía oral y se debe utilizar en las dosis indicadas. De acuerdo con la mencionada fuente, si una persona está usando este producto como antiácido, es importante tomarlo una o dos horas después de las comidas, con un vaso grande de agua. Una de las recomendaciones es no consumir el bicarbonato de sodio con el estómago lleno.
Los expertos recomiendan disolver el polvo de bicarbonato en al menos cuatro onzas de agua, midiendo la dosis cuidadosamente. No se debe usar por más de dos semanas a menos que el médico tratante lo indique. Si el bicarbonato de sodio no alivia los síntomas, es importante consultar al especialista.
Este es un producto que no se debe administrar a menores de 12 años de edad a menos que se haga bajo vigilancia médica.
Si bien el bicarbonato de sodio es seguro cuando se toma en cantidades moderadas, de manera puntual, no hay que ignorar que puede causar efectos secundarios. Además, es mejor evitarlo en casos donde está contraindicado.
Es recomendable visitar al médico antes de consumirlo para descartar posibles reacciones y repercusiones en el organismo, sobre todo cuando existe alguna enfermedad subyacente, indica el portal Mejor con Salud.
Hábitos para una buena digestión
1. Comer despacio: los conocedores del tema detallan que a la hora de comer se debe masticar bien los alimentos y evitar la ansiedad en la mesa. Asimismo, ingerir alimentos con tiempo da mayor sensación de saciedad, mientras favorece el proceso digestivo para prevenir molestias como la pesadez y la llenura, según Asana.
2. Tomar agua: la recomendación es consumir este líquido natural todos los días, pues el agua se puede adherir a las fibras de algunos alimentos y favorecer el tránsito intestinal para evacuar el vientre.
3. Lavarse las manos: aunque este hábito no está directamente relacionado con la ingesta, el citado sitio web farmacéutico detalla que se debe lavar las manos antes de cocinar y consumir los alimentos. Con esta práctica, se evitan enfermedades del estómago por bacterias.
“Algunas de las diarreas y dolores de estómago están causadas por una mala higiene de las manos”, añaden.
4. Incluir alimentos fermentados: aparte de las recomendaciones que hace la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre la incorporación de frutas y verduras a una dieta diaria, también se encuentran los alimentos fermentados.
Lo que hace especiales a esta categoría de alimentos es que han sido alterados por microbios. Por ende, tienen lactobacilos: un tipo de bacterias buenas para la salud.
De acuerdo con Farma 13, productos como yogur natural, kimchi, chucrut, kéfir, kombucha, tempeh, son fermentados y se aconsejan para tener una buena digestión.
5. Ejercicio: este hábito es un aliado infaltable para cuidar el cuerpo a grandes rasgos. En el caso de la salud digestiva, cuando una persona es sedentaria, tiende a padecer sobrepeso que puede pasar a un diagnóstico de obesidad, enfermedad catalogada por la OMS como una epidemia.