Durante el movimiento intestinal, es normal producir gases intestinales con un volumen medio de 100- 200 ml, que tienen compuestos como el nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono, hidrógeno y metano, según indica el portal web Lactoflora.

Del mismo modo, en estas flatulencias intestinales se pueden encontrar también pequeñas cantidades de gases de azufre, que son responsables del típico olor del gas expulsado. Aunque la expulsión de gases es normal, en algunas personas con problemas intestinales como el síndrome del intestino irritable, la presencia de gases intestinales puede producir síntomas graves con dolor abdominal.

Síntomas de los gases intestinales

Para las personas con dicha patología, volúmenes de gas pequeños, que la mayoría de personas toleran bien, les pueden producir síntomas como:

  • Eructos frecuentes
  • Ruidos en la tripa
  • Hinchazón abdominal (que puede obligar a aflojarse la ropa)
  • Excesivas ventosidades
Durante el movimiento intestinal, es normal producir gases intestinales con un volumen medio de 100- 200 ml. | Foto: Getty Images

Ante estos síntomas, es fundamental acudir al médico para diagnosticar la causa y el tratamiento a seguir. Sin embargo, cuando la producción de gases se vuelve un síntoma normal del día a día, pero que se quiere mitigar, lo ideal es acudir a remedios naturales que ofrece la medicina tradicional.

De hecho, el portal web Salud Mafre destaca las propiedades del romero, una planta perenne que pertenece a la familia de las labiadas (Labiatae) y normalmente, se utiliza como un condimento que potencia el sabor de los alimentos, por lo que es utilizado en guisos tradicionales de carnes, pescado pocos grasos y algunas verduras, también en adobos o en la preparación de encurtidos.

Sin embargo, el romero tiene otras bondades que benefician la salud digestiva, gracias a sus propiedades carminativas, antibactericidas, antisépticas, fungicidas y balsámicas. Incluso, los expertos en salud aconsejan utilizar el romero en las siguientes situaciones:

  • Dispepsias y síntomas asociados: aerofagia, sensación de plenitud gástrica, flatulencias, espasmos abdominales.
  • Anorexia.
  • Afecciones osteomusculares dolorosas: artritis y artralgias.
  • Afectaciones biliares: dispepsia biliar, litiasis biliar o colelitiasis.
  • Dismenorrea.
  • Cefaleas.
  • Afectaciones bucofaríngeas: faringitis y estomatitis.
  • Afectaciones dérmicas: dermatitis o lesiones cutáneas.
El romero tiene otras bondades que benefician la salud digestiva, gracias a sus propiedades carminativas, antibactericidas, antisépticas, fungicidas y balsámicas. | Foto: Getty Images

¿Cómo usar el romero para eliminar las flatulencias?

Como tal, el romero se puede administrar internamente o de manera externa. Por ejemplo, para facilitar la digestión, flatulencias y mejora de la función biliar, lo ideal es consumirlo de las siguientes formas:

  • Infusión es la forma más tradicional. Mezclar de 2-4 g de hojas secas en 150 ml de agua hirviendo. Infusionar de 10-15 minutos y filtrar. Tomar de dos a tres (tazas) al día, preferiblemente después de las comidas principales.
  • Cápsulas, son de hojas pulverizadas concentradas en diferentes dosis.
  • Extracto fluido: 30 gotas, tres veces al día.
  • Esencia: 3-4 gotas, tres veces al día diluido en líquido.

Ahora bien, aunque el romero es muy recomendado, es importante consumirlo con moderación y las cantidades indicadas. Por otra parte, se considera que el principio activo del romero carece de toxicidad; sin embargo, las personas especialmente sensibles pueden experimentar reacciones alérgicas, como dermatitis por contacto y eritema.

Té de romero. | Foto: Getty Images

También, no es recomendable su uso en personas con cálculos biliares sin consultar previamente con un médico, esto es debido a que un aumento del drenaje de la vesícula biliar puede ir acompañado de una obstrucción de los conductos biliares.

“Aunque la probabilidad de presentar una intoxicación por el consumo de infusiones de romero es muy baja, una sobredosis podría derivar en un cuadro caracterizado por espasmo abdominal, vómitos, gastroenteritis, hemorragia uterina e irritación renal. En cuanto al uso del aceite esencial, en concentraciones elevadas puede ser tóxico para el sistema nervioso central y provocar convulsiones. No se recomienda su uso durante períodos de tiempo prolongados o a dosis mayores a las recomendadas y se debe tener especial cuidado cuando se usa en niños”, indica Salud Mafre