Una de las características que más identifican a las personas es su cabello, por ello la importancia que muchos le prestan para mantenerlo saludable y abundante.
Pese a esto, e independientemente de los cuidados que se tienen frente a importantes daños que pueda sufrir ya sea por la radiación UV, el viento, la sal marina, el cloro de las piscinas o las arenas —en el caso de las personas que residen en ciudades cercanas al mar o en tierras cálidas—, uno de los problemas que más afecta tanto a hombres como a mujeres es su constante caída.
Por ese motivo es importante tener en cuenta qué factores podrían estar ayudando a que este problema se incremente y en pocos días se pierdan importantes cantidades de cabello.
Al respecto, el psicólogo Alejandro Kepp Termini y la dermatóloga Claudia Hernández Rosa, citados por Diario Libre, explicaron que una de las situaciones que más influyen en la caída del cabello es el estrés, un sentimiento de tensión física o emocional que puede provenir de cualquier situación o pensamiento y que hace que las personas se sientan frustradas, furiosas o nerviosas, estado que hace que la salud en general se pueda ver afectada.
Para explicarlo, los expertos detallan que el cabello pasa por un ciclo que incluye cuatro fases, denominadas anágena, catágeno, telógeno y exógeno. En las mismas y en ese mismo orden, el cabello sufre variaciones, entre ellas, crece, se encoge, se paraliza y se cae.
Según esto, este es un ciclo interminable ya que siempre está sucediendo, motivo por el que “es totalmente normal que una persona pierda entre 50 y 100 pelos al día”; sin embargo hay que estar pendiente hasta qué punto es normal o se trata de una pérdida excesiva.
Bajo ese contexto, tanto el psicólogo como la dermatóloga coinciden en que, en efecto, existen investigaciones que confirman que “el estrés afecta este proceso, acelerando prematuramente la primera fase 1 (anágena, de crecimiento) y, en lugar de que el cabello crezca a su propio ritmo, se pasa a la siguiente fase (catágeno, en la que el folículo se encoge) y puede llegar a caerse hasta 10 veces más de lo habitual”.
Según explican, las razones que causan que el cabello sufra este cambio prematuro de fase aún no son claras, aunque la evidencia sugiere que ante las situaciones estresantes el cuerpo libera neurotransmisores u hormonas como el cortisol, que podrían estar asociadas con la pérdida de cabello.
“Debido a que hay un retraso entre cuando un cabello deja de crecer y cuando se cae, también hay un retraso entre un evento estresante (cirugía, divorcio, pérdida de un trabajo, muerte de un familiar) y cuando el cabello podría producir una pérdida”, indican los expertos.
Teniendo en cuenta esto y que la pérdida de cabello en sí puede generar más estrés, convirtiéndose así en un ciclo perjudicial, lo más aconsejable es, además de ir a un dermatólogo para que este valide si hay otros factores que podrían estar incidiendo en este problema, intentar manejar el estrés. Para ello se puede consultar al psicólogo, quien desde su experticia puede brindar algunas herramientas para aprender a controlar las emociones frente a ciertas situaciones y, con ello, el estrés no sea un factor incidental ni en esta, ni en otras afecciones.
“El estrés y la caída del cabello no tienen que ser permanentes. Si tienes el estrés bajo control, tu cabello puede volver a crecer, por lo tanto, es importante acudir a un dermatólogo que pueda hacer los estudios necesarios y a un psicólogo que pueda enseñarte técnicas de regulación emocional y reducción de estrés”, concluyeron.
Sumando a esto, hay que recordar que es importante que se mantengan los cuidados en casa, que empiezan con el uso de un champú adecuado, así como de productos que hidraten y nutran el cabello para que este se mantenga fuerte.