A la cicatriz que genera una perforación como un piercing se le denomina cicatriz queloide, la cual se caracteriza por ser rosada o rojiza, pues el color depende de cada persona, y es brumosa con nódulos brillantes. Por lo general, esta extraña cicatriz suele ser antiestética y muchas veces se confunde con la cicatriz hipertrófica porque son muy similares, aunque esta última desaparece con el pasar del tiempo.
De acuerdo con la revista Multiestética de México, este tipo de lesiones son comunes en personas entre los 10 y 30 años, y las personas más afectadas son aquellas que tienen una piel oscura, los hispanos y asiáticos. Y los factores que en gran medida causan la cicatriz se dan cuando la persona duerme apoyándose en la zona perforada o si el diámetro del arete es demasiado pequeño, e incluso si una persona no tiene cuidados adecuados en la herida.
Por lo general, un queloide por un piercing comienza a formarse durante los primeros meses de realizarlo y las zonas más usuales donde se presenta este tipo de cicatriz son en la nariz, el lóbulo y el cartílago. Según varios especialistas, no se recomienda tratarla con antibiótico porque podría empeorar la perforación.
De este modo, existe muchas maneras de poder tratarla y en cierta medida corregir esta cicatriz, ya sea por medio de un tratamiento médico, natural o quirúrgico. La revista especializada da a conocer algunas de estas técnicas que deben estar bajo la supervisión de un dermatólogo:
- Masaje con crema de cortisona para reducir el tamaño de la cicatriz.
- Apósito de silicona, el cual se emplea en forma de compresa en la lesión después de la perforación.
- Crioterapia, un procedimento que tiene como objetivo congelar las lesiones a base de nitrógeno líquido.
- Tratamiento láser para eliminar por completo la cicatriz.
- Escisión de toda la cicatriz, esto es un procedimiento quirúrgico.
- Recesión intracicutricular, que se caracteriza por eliminar la parte central de la cicatriz y busca reducir el tamaño.
¿Cómo tratar una cicatriz queloide en casa?
Solución salina: El consejo más efectivo que recomiendan los especialistas médicos es el uso de solución salina. Gracias a esta sustancia, el tamaño de la cicatriz disminuye de manera gradual hasta desaparecer por completo. Se debe mezclar una cucharada de sal en agua hirviendo y después aplicarla en la zona con ayuda de un algodón. Expertos aconsejan realizarlo dos veces al día y mezclarlo con manzanilla.
Aspirina: Este medicamento ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y acelerar el proceso de cicatrización tras una perforación.
Aceite de árbol de té: Este es uno de los remedios caseros más eficaces para tratar los queloides y se debe aplicar directamente en la zona afectada.
Parche de silicona: Según el portal web Tua Saúde, el parche de silicona es un tipo de curita autoadherente e impermeable que debe aplicarse sobre la cicatriz durante 12 horas por un período de 3 meses. Ese curativo promueve la disminución del enrojecimiento de la piel y de la altura de la cicatriz.
Rutina diaria: Si ha sufrido una lesión cutánea de menor importancia, para prevenir la aparición de queloides, debes comenzar a tratar la cicatriz de inmediato, pero nunca antes de que la herida haya cerrado. De este modo, lo más importante es mantener la zona limpia y bien hidratada. El doctor Pablo Alegre Fernández, cirujano plástico en el Hospital Universitario HM Sanchinarro señala que cada mañana al levantarse, y después de limpiar la cicatriz (con agua y jabón) y secar bien, conviene masajear la zona con cremas, sérum o aceite.