De acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, se considera que una persona está bebiendo más de lo que es médicamente seguro cuando:

Es un hombre saludable hasta de 65 años y bebe:

  • 5 o más bebidas en una ocasión al mes o incluso a la semana.
  • Más de 14 bebidas en una semana.

Es una mujer saludable de cualquier edad o un hombre saludable de más de 65 años y bebe:

  • 4 o más bebidas en una ocasión al mes o incluso a la semana.
  • Más de 7 bebidas en una semana.

Por tal razón, la biblioteca reveló algunos consejos para reducir el consumo de alcohol con base en la anterior información.

Lo primero que indica es que la persona debe llevar la cuenta de cuántos tragos toma durante la semana en una pequeña tarjeta en su cartera, en su calendario o en su teléfono.

Asimismo, hay que identificar cuánto alcohol hay en un trago estándar: una lata o botella de cerveza de 12 onzas (355 ml), una copa de vino de 5 onzas (148 ml), una mezcla de vino con refresco, o 1 cóctel o 1 trago de licor fuerte.

En consecuencia, la persona debe fijar el ritmo como, por ejemplo, no tomar más de 1 bebida alcohólica cada hora. Adicional, la biblioteca indicó que es importante comer algo antes de beber y entre tragos.

Sobre la misma línea, para controlar la cantidad que se bebe, se deben evitar las personas o lugares que hagan beber cuando la persona no desea hacerlo, o que lo tienten a beber más de lo que debería.

Otra recomendación es planear otras actividades que no impliquen beber para los días en que se tengan ganas de tomar.

Además, es importa mantener el alcohol fuera del hogar y elaborar un plan para manejar las ganas de beber. Hay que recordar el por qué no se desea beber, o hablar con alguien de confianza, también funciona.

Además, según la División de Salud de la Población las personas menores de 21 años; las mujeres embarazadas o que podrían estar embarazadas; las personas que están manejando, planeando manejar o participando en otras actividades que requieran destreza, coordinación y estar alerta; las personas que están tomado medicamentos recetados o sin receta médica que pueden causar reacciones adversas si se mezclan con el alcohol; las personas que sufren afecciones que pueden empeorar si se consume alcohol; y las personas que se están recuperando del alcoholismo o que no pueden controlar la cantidad que beben no deberían consumir ninguna cantidad de alcohol.

Por su parte, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, indicó que el consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de tener problemas de salud graves, que incluyen:

  • Pancreatitis.
  • Muerte súbita si ya se tiene una enfermedad cardiovascular.
  • Daño al músculo cardíaco (miocardiopatía alcohólica) que lleva a la insuficiencia cardíaca.
  • Presión arterial alta.
  • Suicidio.
  • Lesión grave o muerte accidental.
  • Daño cerebral y otros problemas en un feto.
  • Síndrome de abstinencia del alcohol.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó en un informe del 2018 que en lo que respecta a la mortalidad y la morbilidad, así como a los niveles y hábitos de consumo de alcohol, existen diferencias entre los sexos.

El porcentaje de defunciones atribuibles al consumo de alcohol entre los hombres asciende al 7,7 % de todas las defunciones, comparado con el 2,6 % entre las mujeres. El consumo total de alcohol per cápita en todo el mundo en 2010 registró un promedio de 19,4 litros de alcohol puro entre los hombres, y 7 litros entre las mujeres.