La cafeína es una sustancia amarga que se encuentra naturalmente en más de 60 plantas. Se trata de un producto que tiene muchos efectos sobre el metabolismo del cuerpo y cuyo consumo excesivo puede generar problemas de salud.
Según la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, la cafeína estimula el sistema nervioso central, lo que puede hacer que la persona se sienta más despierta, es un diurético y aumenta la liberación de ácido en el estómago, lo que a veces conduce a malestar estomacal o acidez, así como puede interferir en la absorción de calcio en el cuerpo y aumenta la presión arterial.
Según los científicos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), la cafeína puede ser parte de una dieta saludable para la mayoría de la gente, pero consumir demasiada puede poner en peligro la salud. Dependiendo de factores como el peso, los medicamentos que pueda estar tomando la persona y la sensibilidad individual, los efectos pueden ser diferentes en cada individuo.
La cafeína puede encontrarse de forma natural en las plantas utilizadas para hacer café, té y chocolate. También se halla en algunas plantas usadas como saborizantes, como el guaraná o en tés alternativos populares en América del Sur, como la yerba mate (Ilex paraguariensis) y la guayusa (Ilex guayusa).
Según esta institución, para adultos sanos consumir 400 miligramos al día, que corresponden a cuatro o cinco tazas de café, no se relaciona con efectos peligrosos. Sin embargo, hay un amplio grado de variación en lo sensibles que son las personas a los efectos de la cafeína y qué tan rápido la metabolizan.
Algunos padecimientos tienden a hacer más sensibles a las personas a los efectos de la cafeína, al igual que ciertos medicamentos. Además, si una persona está embarazada o quiere estarlo, o si está amamantando o le preocupa alguna otra afección o medicamento, lo recomendable es consultar al médico.
Tomas más de cuatro tazas de café por día puede generar efectos secundarios como: dolor de cabeza, insomnio, nerviosismo, irritabilidad, micción frecuente o incapacidad para controlar la micción, taquicardia y temblores musculares.
La FDA no ha establecido un nivel para los niños, pero la Academia Americana de Pediatría no aconseja el consumo de este producto por parte de los niños y adolescentes. Expertos de Mayo Clinic indican que es necesario advertir a los adolescentes y adultos jóvenes sobre la ingesta excesiva de cafeína y los efectos que puede generar la mezcla de ésta con alcohol y otros medicamentos.
¿Cuánta cafeína tiene un alimento?
La etiqueta de muchos alimentos empaquetados, entre ellos bebidas y suplementos alimenticios con cafeína, proporcionan de manera voluntaria información sobre la cantidad de este estimulante que contienen. Los consumidores deben tener cuidado al consumir por primera vez un nuevo alimento empaquetado adicionado con cafeína si la cantidad que contiene no aparece indicada en la etiqueta.
Hay varias bases de datos en línea que ofrecen aproximaciones sobre el contenido de cafeína de algunos alimentos y bebidas, como el café y los tés. Sin embargo, la cantidad que contienen estas bebidas puede variar dependiendo de factores como dónde y de qué manera los granos de café y las hojas de té fueron cultivados y procesados, así como la forma de preparación de la bebida.
La FDA calcula que pueden observarse efectos tóxicos, como convulsiones, con un consumo rápido de alrededor de 1.200 miligramos de cafeína.
De acuerdo con los expertos, los productos a base de cafeína pura y altamente concentrada presentan una amenaza significativa para la salud pública.
Consejos para reducir el consumo de cafeína
Estar alerta. Empezar a prestar atención a la cantidad de cafeína que la persona consume en alimentos y bebidas, incluyendo las bebidas energizantes, es clave. También es importante leer bien las etiquetas. Algunos productos no mencionan que contienen cafeína, por lo que el cálculo de consumo puede ser más bajo de lo que en verdad es.
Reducir la cafeína progresivamente. Por ejemplo, la persona puede beber una lata menos de refresco o una taza más pequeña de café al día, o evitar tomar bebidas con cafeína por la noche. Esto ayudará a que el cuerpo se acostumbre a niveles más bajos de cafeína y así podrá disminuir los posibles efectos de la abstinencia.
Consumir descafeinado. La mayoría de las bebidas descafeinadas tienen el mismo aspecto y gusto que su versión con cafeína.
Tomar tés de hierbas. Una opción es elegir tés de hierbas que no tengan cafeína.
Revisar los componentes. Algunos analgésicos de venta libre contienen cafeína. En su lugar, es mejor elegir aquellos que no la contengan.