Nemours TeensHealth, uno de los sitios web provistos por Nemours Children’s Health, que hace parte de los sistemas integrados de salud pediátrica más grandes de Estados Unidos, explica que con el objetivo de tener la diabetes bajo control, mantenerse sano y prevenir problemas a futuro, las personas deben mantener sus “concentraciones de azúcar en sangre dentro de unos márgenes saludables. Para lograrlo, debes medir y registrar tu concentración de azúcar en sangre con regularidad”.

Los pacientes con diabetes deben llevar a cabo este procedimiento en casa, pinchándose un dedo con un dispositivo pequeño que tiene una aguja para lograr este propósito. La compañía aseguradora y proveedora de servicios de salud y bienestar española, Sanitas, explica los pasos que se deben tener en cuenta a la hora de realizar este procedimiento.

Hay que lavarse muy bien las manos con agua tibia y jabón, evitando el uso de alcohol. Luego, se debe realizar un suave masaje en el dedo que va a ser pinchado con la ayuda de las yemas de los dedos de la otra mano, realizando movimientos de arriba hacia abajo para que aumente la vascularización de esa zona. Surtido ese proceso, se procede con el pinchazo para después apretar muy bien el dedo y sacar una pequeña gota de sangre, la cual debe ser colocada en la tira reactiva. Luego, se pone la tira reactiva en el glucómetro, una máquina que dará a conocer el nivel de azúcar en la sangre.

Hay distintos tipos de medidores de glucosa, los cuales se adaptan según las necesidades del paciente.

El nivel de azúcar en la sangre varía de una persona a otra, por ello, es importante que el paciente diabético consulte a su médico sobre cuál es el nivel de glucosa ideal para esmerarse por mantenerlo en ese rango.

Sanitas señala que, por lo general, los niveles ideales de azúcar en la sangre –considerados normales– se ubican entre las siguientes cifras: entre 80 - 120 mg/dl, al despertar y antes de comer; 180 o menos, dos horas después de comer; y de 100 - 140 mg/dl, a la hora de acostarse.

Glucosa alta

La hiperglucemia se presenta cuando hay un nivel alto de azúcar en la sangre y afecta a las personas que sufren de diabetes. La sintomatología de esta enfermedad no se presenta hasta tanto la concentración de glucosa es muy elevada, por lo general, cuando está por encima de los 180 a 200 miligramos por decilitro (mg/dl) o de los 10 a 11,1 milimoles por litro (mmol/l).

Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, destaca que los síntomas avanzan conforme al paso de los días y de las semanas, mientras que los niveles de glucosa en la sangre permanezcan altos por mayor tiempo, los síntomas serán más graves.

Micción frecuente, aumento de la sed, visión borrosa, fatiga y dolor de cabeza son los síntomas iniciales que presenta la hiperglucemia, por lo que los pacientes deben estar atentos a estas alertas tempranas para darle un tratamiento a la enfermedad de manera inmediata.

Glucosa baja

El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos explica que la hipoglucemia –también conocida como bajo nivel de glucosa o de azúcar en la sangre– ocurre “cuando el nivel de glucosa en la sangre cae por debajo de lo normal. Para muchas personas con diabetes, eso se refiere a un nivel de 70 miligramos por decilitro (mg/dL) o menos”.

Latidos del corazón irregulares o acelerados, fatiga, piel pálida, temblores, ansiedad, sudores, hambre, irritabilidad u hormigueo o entumecimiento de los labios, la lengua o la mejilla son algunos de los signos y síntomas que se pueden presentar cuando hay un bajo nivel de glucosa en la sangre, reseña Mayo Clinic.