Hoy en día, sobrellevar una relación de pareja se ha vuelto cada vez más difícil debido a los celos, las inseguridades en la relación, la desconfianza y la falta de comunicación efectiva. Incluso estas actitudes en muchas ocasiones llevan a la pareja a graves conflictos de violencia física y psicológica, que pueden deteriorar por completo el vínculo afectivo.

Por lo general, cuando se da un vínculo afectivo y uno de los dos no está conforme con la relación o ha sufrido una herida emocional durante y antes de formar el vínculo, suele tener actitudes tóxicas que conllevan a la falta de libertad, el control excesivo y los reproches constantes hacia su pareja.

Cabe mencionar que la intención de desarrollar estas actitudes no es generar dolor o malestar en el otro, pues la necesidad de control puede surgir como un mecanismo de defensa ante las propias inseguridades que tiene la persona que las ejerce.

De hecho, algunas parejas controladoras pueden actuar con una vulnerabilidad aumentada y mostrar señales de disforia sensible al rechazo. Lybi Ma señala en el portal web Psychology Today, que las personas controladoras también pueden usar muchas herramientas que le permiten dominar con completo a su pareja de manera muy implícita. Es por ello que Lybi señala algunas actitudes controladoras que se deben tomar en cuando al momento de reconsiderar una relación.

  • Críticas constantes: al igual que el aislamiento social, esta actitud también se hace constante en una relación controladora. Cuando se genera la crítica crónica, la persona afectada se intenta convencer de que las críticas que la pareja le reclama son justas o que solamente le están ayudando a ser mejor persona. “No importa qué tan individualmente pequeñas parezcan las críticas, si es parte de una dinámica constante en una relación, se vuelve muy difícil sentirse aceptado, amado o valorado”, indica Lybi Ma en Psychology Today.
  • Amenazas: aunque las personas consideren que las amenazas son problemáticas solamente cuando son físicas, las amenazas que no se materializan también lo son. Esto se puede presenciar cuando la persona controladora amenaza con irse, con cortar privilegios o también con hacerse algún tipo de daño. Como consecuencia de ello, la persona que está siendo controlada se puede llegar a sentir manipulada, a tal punto de acceder a todo tipo de imposición que su pareja le pida para no sentirse culpable de que algo malo le suceda.
  • Espionaje constante: usualmente, una pareja controladora siente el derecho de saber absolutamente todo de su pareja y es por ello que generan la necesidad de fisgonear sus redes sociales, celular, la hora a la que sale y con quien mantiene comunicación. Entre las justificaciones que una persona controladora da ante estas actitudes es que se han tenido problemas de desconfianza en la relación y es por ello que lo hace. Por su parte, Lybi Ma asegura que “una violación de la privacidad va de la mano con el incómodo mensaje de que no tienen ningún interés en confiar en nosotros”.