El sistema inmune es una red de órganos, tejidos y células interconectados que cumplen con el objetivo de proteger a las personas ante la presencia de agentes extraños como una posible infección. La práctica regular de ejercicio físico y tener una alimentación sana y equilibrada son las mejores estrategias para fortalecerlo.

Según información del portal Salud Mapfre, el sistema inmune tiene muchos enemigos. Además de una dieta poco saludable, está el humo del tabaco, la cafeína, la contaminación ambiental, el sedentarismo y el estrés.

Estos factores provocan que el organismo se debilite, facilitando el contagio de infecciones como gripas, cistitis y resfriados, los cuales es posible que se presenten con una mayor duración cuando las defensas están bajas.

Información del portal Tua Saúde indica que para fortalecer el sistema inmune se deben incluir en la dieta diaria alimentos ricos en vitaminas y minerales. Todos los productos que contienen vitaminas A, B, C, D y E favorecen el crecimiento y la actividad de las células inmunológicas y producen anticuerpos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, por ejemplo, comer al menos 400 gramos diarios de frutas y verduras para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad, así como para prevenir y mitigar carencias de micronutrientes.

¿Pero cómo saber si las defensas están bajas?

Existen diversas señales que envía el cuerpo y que indican que las defensas no están en su nivel indicado. Estas son algunas de las más importantes.

  • Resfriados difíciles de curar. Si bien tener gripa es algo común, quienes tienen las defensas bajas suelen resfriarse con mucha más frecuencia. Es posible que un contacto mínimo con alguien los contagie y adicionalmente, tardan más en sanar.
  • Caída del cabello. Aunque esta patología está asociada con otros problemas de salud, en ocasiones también se puede experimentar debido a un sistema inmunológico débil.
  • Enfermedades como el herpes. Estas molestias suelen aparecer cuando las defensas están bajas.
  • Mareos o sangrado de la nariz. No es un síntoma tan frecuente, sin embargo, es posible que algunos pacientes lo experimenten.
  • Manchas en la piel. Estas manchas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, lo que incluye el rostro, y ser de color marrón, rojas o blancas.

Alimentación, la clave

Como ya se mencionó, la alimentación es clave en el proceso de fortalecimiento del cuerpo; pero no se debe dejar de lado la actividad física diaria, mantener la hidratación del cuerpo, tener un adecuado descanso, además de las buenas prácticas de higiene durante la manipulación y preparación de alimentos. Algunas de las vitaminas más importantes para subir las defensas son la A, E, C y D.

La vitamina A, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, es importante para proteger los ojos y cuidar la visión, además de ayudar en el crecimiento y el desarrollo de las personas. También aporta en el corazón, los pulmones y otros órganos. Se puede encontrar en productos como la leche y sus derivados, yema de huevo, zapallo, acelga, zanahoria, berro y mango, entre otros.

La C ayuda a la cicatrización de las heridas y a proteger contra los efectos de los radicales libres, los cuales desempeñan un papel en las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras enfermedades. Este nutriente también ayuda al cuerpo a absorber y almacenar el hierro, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.

Al igual que la vitamina C, la vitamina E es un antioxidante que protege al cuerpo de los radicales libres; mientras la De es importante para fortalecer los huesos.

El portal Healthline indica que consumir alimentos integrales de origen vegetal como frutas, vegetales, nueces, semillas y legumbres es favorable debido a que son ricos en nutrientes y antioxidantes que pueden darle al cuerpo una ventaja contra los patógenos dañinos. También es importante incluir en la dieta grasas saludables y alimentos fermentados, además de controlar el estrés.