Existe mucha probabilidad de que en los intentos por bajar de peso no se pierda grasa, sino músculo, lo que no ayudará a obtener los resultados que se buscan con determinadas rutinas de entrenamiento y con la dieta que se esté manejando.
Perder peso no es un objetivo fácil de lograr y requiere de un cambio importante en la rutina de las personas, que deben encontrar una fórmula exacta que se ajuste a sus necesidades y a la velocidad con la que se quiere llegar a la meta.
Si bien, según los expertos, generalmente el músculo no se pierde antes que la grasa, la nutrición y el volumen de la actividad física pueden incidir mucho. Según información del portal ‘Men´s Health’, el problema se presenta cuando la persona deja de comer, entonces es probable que el músculo se resienta antes que perder grasa.
Perder músculo, dice la revista de bienestar y moda GQ, de Estados Unidos, es un problema grave, pues son éstos los que se encargan de mover el cuerpo y de realizar sus funciones principales. Esto quiere decir que al perderlo también se está dejando de tener fuerza y resistencia y con eso el desempeño de las funciones del cuerpo también comienza a bajar.
Cuando se pierde músculo y no grasa, se da porque el cuerpo, que consume carbohidratos (glucosa), si no encuentra suficientes, se va por el glucógeno que se encuentra en el hígado y los músculos y lo consume. Por eso es clave hacer los ejercicios correctos para el desarrollo muscular y una dieta balanceada que corresponda a la cantidad de ejercicio que la persona realiza al día.
Si bien, la disminución de peso varía de persona a persona de acuerdo con su edad, estilo de vida y alimentación, existen signos que pueden indicar que hay una disminución en la masa muscular.
1. Baja energía. La dieta es clave y si la persona se siente cansada y con menos energía en el gimnasio, puede ser que ha comenzado a perder músculo debido a una mala alimentación. Sin embargo, esta situación se puede presentar también fuera del sitio de entrenamiento. Una mala nutrición y la pérdida de músculo afectan las funciones del cuerpo y reducen el nivel de energía, lo que significa que se puede sentir cansancio haciendo las cosas más básicas.
2. Poco ánimo. Una mala nutrición puede provocar una pérdida de músculo, situación en la cual el sobreentrenamiento y la falta de nutrientes inciden mucho, según el portal Men´s Health. Es importante que la persona adapte su entrenamiento a las necesidades calóricas.
3. Porcentaje de grasa intacto. Si la persona pierde peso, pero su porcentaje de grasa corporal sigue siendo el mismo, entonces estás perdiendo músculo. Esto se evidencia cuando el individuo tiene menos volumen, pero su grasa en el abdomen, por ejemplo, no baja.
4. Pérdida rápida de peso: La pérdida de peso debe ser progresiva ya que si se da de forma acelerada, esto no es sostenible en el tiempo.
5. Sin progreso en el entrenamiento. Cuando la persona se siente cansada y sin energía, es normal que no rinda como antes. Si no progresa levantando más peso y adicionalmente se ve más delgada, es síntoma de una pérdida de masa muscular.
Las razones por las que se pierde masa muscular son diversas, según el portal Guía Fitness. una de ellas es la forma como se hace el ejercicio cardiovascular, por ejemplo. Hacer demasiado, practicarlo en sesiones muy largas o con el estómago vacío pueden incidir en la pérdida de músculo.
Entrenar en exceso tampoco es bueno. Realizar más de 20 series por grupo muscular o más de 15 repeticiones por serie a intensidades demasiado altas, pueden dejar los músculos inflados, pero no por crecimiento real sino por inflamación.
Los nutrientes son muy importantes. Para no perder músculo se requiere reponer los niveles de glucógeno, que es la energía almacenada en el músculo, la cual se ha gastado durante el entrenamiento. “Saltarse la comida o el snack post entreno y esperar una hora o más para la próxima comida es como ignorar un grito de ayuda de nuestro cuerpo”, indica el portal Guía Fitness.
No dormir lo suficiente también hace que el músculo pierda fuerza. La reparación muscular se produce cuando las personas duermen, por lo que descansar seis o menos horas por noche limitará en gran medida la producción de la hormona del crecimiento que ayuda a reparar los músculos. Demasiada actividad fuera de los entrenamientos o incluso el estrés diario también reduce la obtención de masa muscular.