Es frecuente que algunas personas padezcan estreñimiento, pero hay casos más complejos y son aquellos relacionados con la retención fecal, una afección que se evidencia en una gran masa de heces duras y secas que permanecen atascadas en el recto o el colon.

Es posible que una persona que tenga este padecimiento presente síntomas circulatorios, cardíacos o respiratorios en vez de molestias gastrointestinales, precisa el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. “Si no se detecta la retención fecal, es posible que los signos y síntomas progresen y provoquen la muerte”, asegura la mencionada fuente.

Es importante tener claro que no es lo mismo el estreñimiento que la retención fecal. El primero se presenta cuando la persona no elimina las heces con la frecuencia que normalmente lo hace. Las heces se ponen duras y secas. Esto hace que sea difícil evacuarlas.

La retención fecal, por su parte, se presenta en personas que han tenido estreñimiento durante mucho tiempo y han estado usando laxantes. La retención es incluso más probable cuando los laxantes se suspenden repentinamente, esto debido a que los músculos de los intestinos olvidan cómo movilizar la materia fecal o heces por sí solos.

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que quienes no se mueven mucho y pasan la mayor parte de su tiempo en una silla o en una cama, tienen mayor riesgo de enfrentar este padecimiento y también aquellos que padecen enfermedades del cerebro o del sistema nervioso que dañan los nervios que van a los músculos de los intestinos.

De igual forma, ciertos medicamentos hacen lento el paso de las heces a través de los intestinos. Por ejemplo, los anticolinérgicos, los cuales afectan la interacción entre ciertos nervios y los músculos; los antidiarréicos, si se toman con demasiada frecuencia y los analgésicos narcóticos, como metadona, codeína y oxicodona.

¿Cuáles son los síntomas?

Cuando se presenta retención fecal, los principales síntomas que experimentan los pacientes y que advierten de la situación son:

- Distensión y cólicos abdominales

- Escape de líquido o episodios repentinos de diarrea acuosa en alguien que presente estreñimiento crónico

- Sangrado rectal

- Heces pequeñas y semiformadas

- Esfuerzo al tratar de evacuar las heces

- Presión en la vejiga o pérdida del control vesical

- Dolor en la parte baja de la espalda

- Frecuencia cardíaca rápida o mareo a raíz del esfuerzo para evacuar las heces

Tratamiento

Una de las mejores formas de hacerle frente a este padecimiento es con la alimentación y se debe empezar por aumentar la ingesta de fibra, nutriente que facilita el tránsito intestinal y el proceso de defecación. Para obtener más fibra se debe aumentar la ingesta de frutas, vegetales y granos integrales, según indica el portal de salud Healthline.

También es importante aumentar el consumo de agua para mantener las heces blandas, así como incrementar la actividad física. El ejercicio estimula las deposiciones, lo que facilita defecar.

Si la persona presenta señales relacionadas con esta afección también puede recurrir a medicamentos de venta libre, los cuales alivian los síntomas: supositorios, enemas, laxantes o ablandadores de heces porque es posible que los remedios caseros tarden unos días en hacer efecto. La recomendación, de acuerdo con Healthline, es usar laxantes indicados por el médico y que su uso no supere las dos semanas, pues cuando se utilizan de manera excesiva pueden empeorar la condición.

La Biblioteca Nacional asegura que cuando el padecimiento está avanzado los enemas solos no son suficientes para eliminar una retención grande y endurecida, en la mayoría de los casos. Por esta razón es posible que se tenga que romper la masa con la mano, lo cual se denomina extracción manual, procedimiento que debe realizar un especialista, para evitar afectaciones.