Los parásitos son organismos diminutos que obtienen nutrientes alimentándose de otros. Pueden vivir en el aparato digestivo y causar enfermedades y es un padecimiento que afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Muchas personas se infectan con un parásito intestinal al ingerir por accidente agua contaminada o al consumir alimentos con bacterias. En el caso de los niños, el riesgo es mayor, pues pueden infectarse con algún parásito al tocar una superficie infectada y llevarse los dedos a la boca.
De acuerdo con los expertos, la mayoría de las infecciones parasitarias desaparecen solas o son fáciles de tratar. Sin embargo, en las personas con sistemas inmunitarios débiles, una infección parasitaria puede causar complicaciones graves. El sistema inmune puede estar debilitado por enfermedades como VIH o el sida, por un cáncer o por otras afecciones. Los bebés y los ancianos son más propensos a infectarse.
Información del portal de bienestar y salud Tua Saúde indica que algunos de los síntomas que evidencian que se tienen parásitos intestinales son, entre otros:
- Distensión abdominal o exceso de gases, pudiendo ocasionar un ligero malestar alrededor del ombligo.
- Dolor abdominal.
- Diarrea alternada con períodos de estreñimiento.
- Disminución o aumento del apetito.
- Pérdida de peso.
- Heces oscuras.
- Presencia de puntos blancos en las heces.
- Cansancio.
- Picazón en el ano.
La Biblioteca de Medicina indica que a veces estos síntomas desaparecen sin tratamiento y no se necesitan pruebas médicas para determinar la presencia de parásitos. Sin embargo, hay factores de riesgo a los cuales también se debe prestar atención y son los siguientes:
- Edad: Los bebés y los adultos mayores tienen sistemas inmunitarios más débiles. Esto hace que las infecciones sean más peligrosas.
- Enfermedad: Algunas enfermedades, como el VIH, el sida o el cáncer, pueden debilitar el sistema inmune.
- Ciertos medicamentos: Algunas enfermedades se tratan con medicamentos que deprimen el sistema inmunitario. Esto hace que las infecciones parasitarias sean más riesgosas.
- Empeoramiento de los síntomas: Si los síntomas no mejoran con el tiempo, es posible que el paciente requiera de medicamentos u otro tratamiento específico para hacerle frente a los parásitos.
Los síntomas de parásitos intestinales surgen debido a la ingestión de los huevos y de los quistes de estos microorganismos, los cuales están presentes en la tierra, carnes crudas o superficies sucias.
¿Cómo prevenirlos?
El portal Cinfasalud, de España, brinda algunos consejos para prevenir el desarrollo de parásitos intestinales, pues es fundamental extremar las medidas de higiene con el fin de controlar la propagación de los huevos y prevenir la transmisión de la infección:
- 1. Lavarse las manos con mucha frecuencia. Es importante que a los niños se les laven también, sobre todo después de ir al baño, de los juegos en el exterior y antes de comer.
- 2. Evitar llevar las manos al rostro. Cuando las manos están sucias es importante no acercarlas a la boca y a la nariz.
- 3. Tener las uñas cortas y limpias. Con ello se evita que los huevos se alojen bajo ellas. Es clave mantener muy aseadas las de los niños.
- 4. Usar pijamas cerradas. Puede ser una buena idea en los niños para evitar, que si se rascan, los huevos entren en contacto con sus manos y contribuir con esto a que no se propaguen.
- 5. No sacudir la ropa antes de meterla en la lavadora. Así se evitará que los huevos se desprendan y depositen sobre otras superficies.
- 6. Lavar a temperatura superior a 55º y con cloro como desinfectante. Tanto la ropa de cama, como el pijama, la ropa interior o toallas que hayan estado en contacto con el paciente, deben ser lavadas con frecuencia y a temperaturas elevadas.
- 7. Limpiar las frutas y verduras. Con ello se previene el riesgo de infección a través de este tipo de productos frescos que puedan haber sido contaminados por el riego con aguas fecales.