De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) el trastorno de conducta es un comportamiento diagnosticado cuando los niños regularmente reaccionan de manera agresiva con su entorno (compañeros de colegio) o, quizá, infringiendo las reglas de su hogar o los espacios sociales de los que hace parte.
Es entonces que para saber si un hijo tiene este trastorno de conducta se debe observar si existen comportamientos agresivos, que puedan hacerles daño a quienes lo rodean, como sus compañeros o cualquier animal. Puede ser tal la gravedad de su comportamiento que el menor puede robar.
Este comportamiento se asocia con un trastorno que se denomina Trastorno de Oposición Desafiante (TOD) que normalmente se percibe después de los ocho años de edad y antes de los 12. Asimismo, el trastorno bipolar y el déficit de atención.
Entre las conductas que más se relacionan con el TOD se perciben los cambios de humor donde se encuentra incómodo, es decir, molesto con la presencia de otros; no asume sus errores, sino culpa a otras personas; se enfada sin razón alguna, o tiene una actitud desafiante con adultos.
Otros síntomas de estos comportamientos
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, revela otras consecuencias de este trastorno que impactan a un menor:
- Consumo de bebidas alcohólicas o drogas.
- Mentir sin causa alguna para escabullirse de sus deberes.
- Inasistencia escolar que se puede presentar desde muy niño.
- Intimidar a otros con armas peligrosas.
- Falta de pertenencia y, por ende, vandalismo, es decir, daño a alguna infraestructura.
Las causas en niños
MedlinePlus informa que los principales motivos del porqué un menor tiene un trastorno de conducta que se evidencia en la mayoría de los casos en el género masculino son:
- Las condiciones económicas en las que crece, es decir, en la pobreza.
- Los problemas intrafamiliares, como signo de violencia que influye de manera negativa en él.
- Problemas adictivos de alcohol o drogas por parte de sus progenitores.
- Violencia física o psicológica que el niño recibe.
Trastorno de personalidad antisocial
Son tales las consecuencias de que un menor afronte este tipo de trastorno, que su vida adulta se verá afectada, desarrollando una personalidad antisocial, por ejemplo.
La entidad americana la describe como un problema mental en donde el individuo manipula, o agrede, la integridad de otro. Las personas que se encuentran en la cárcel son las más propensas a tenerlo. Algunos profesionales de la salud asocian este patrón con una personalidad psicópata.
Entre los signos de este trastorno más grave se encuentran:
- Conductas conflictivas regularmente.
- Manipulación de las emociones de una persona.
- Cambios de personalidad, siendo una persona agradable con los demás.
- No mostrar remordimiento.
Por su parte, la Clínica Mayo define el trastorno antisocial de la personalidad como aquel “en el cual una persona no demuestra discernimiento entre bien y mal, e ignora los derechos y sentimientos de los demás”.
Tal y como se mencionó, esta afección está relacionada con el trastorno de conducta infantil y con la inestabilidad familiar con la que puede vivir el menor. Es de recordar que la depresión es una de las principales causas de estos trastornos.
¿Qué es la depresión?
De acuerdo con MedlinePlus, es un “trastorno del estado anímico” en el que sentimientos como la ira o la frustración pueden influir en el diario vivir de una persona, afectarla negativamente.
Los síntomas que describe el portal son: irritabilidad, cansancio, dificultad para concentrarse, pensamientos y sentimientos de desesperanza y, quizá, abandono. Es importante señalar y detenerse a observar los pensamientos repetitivos de muerte que puede tener una persona.