“La alergia al sol es un término que se utiliza a menudo para describir una serie de enfermedades en las que se produce un sarpullido con picazón en la piel que estuvo expuesta a la luz solar”, reseña Mayo Clinic.
La entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación explica que la forma más común que se presenta de alergia al sol es la erupción polimorfa lumínica, a la cual también se le conoce como alergia solar.
Enrojecimiento, picazón o dolor, pequeños bultos que pueden convertirse en manchas elevadas, descamación, costras o sangrado y ampollas o ronchas son los signos y síntomas que se pueden presentar con la alergia al sol. La entidad aclara que el aspecto de la piel que se ha visto afectada por esta alergia puede variar según la causa que haya provocado la afección.
“Por lo general, los signos y síntomas se presentan únicamente en la piel que ha estado expuesta al sol y suelen manifestarse a los pocos minutos o a las horas después de la exposición solar”, agrega. Recomienda a las personas consultar con un especialista de la salud si experimenta reacciones cutáneas inusuales y molestas luego de haber estado expuestas a la luz solar.
Deja en claro que hasta la fecha no se tiene conocimiento por qué algunas personas son alérgicas al sol y otras no. Pese a lo anterior, destaca que algunos medicamentos, productos químicos y enfermedades pueden hacer que la piel sea más sensible al sol, e incluso algunos factores hereditarios.
En palabras de Mayo Clinic, los factores de riesgo de una reacción alérgica a la luz solar son los siguientes:
- Raza: Cualquier persona puede sufrir alergia al sol, pero existen determinadas alergias al sol que son más frecuentes en personas con piel clara.
- La exposición a ciertas sustancias: Algunos síntomas de alergia cutánea se desencadenan cuando la piel se expone a una sustancia y luego a la luz del sol. Las sustancias que ocasionan con frecuencia este tipo de reacción son las fragancias, los desinfectantes e incluso algunas sustancias químicas utilizadas en los protectores solares.
- El consumo de ciertos medicamentos: Algunos medicamentos pueden acelerar el proceso de quemadura solar en la piel –como los antibióticos tetraciclínicos, los medicamentos con sulfamidas y los analgésicos tales como el ketoprofeno–.
- Padecer otra enfermedad de la piel: La dermatitis aumenta el riesgo de padecer alergia al sol.
- Tener familiares consanguíneos que tengan alergia al sol: Una persona es más propensa a tener alergia al sol si tiene un hermano o padre con alergia al sol.
La piel es el órgano más grande del cuerpo, ahí radica la importancia de su cuidado. Por lo anterior, la entidad sin ánimo de lucro reseña unos pasos a seguir para prevenir una reacción de la piel al entrar en contacto con el sol, los cuales aplican tanto para las personas que tienen una alergia al sol o una mayor sensibilidad a esta estrella.
En primer lugar, recomienda evitar el sol durante las horas pico, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, así como también se debe evitar la exposición repentina a mucha luz solar. Usar gafas de sol y ropa protectora es la tercera recomendación. Explica que las camisas de manga larga y los sombreros de ala ancha pueden ayudar a proteger la piel de la exposición al sol, en cambio, se deben evitar las telas que son delgadas o que tienen un tejido suelto, pues los rayos UV puedan pasar a través de ellas.
“Usa un protector solar de amplio espectro con un FPS de al menos 30. Aplica el protector solar generosamente y vuelve a aplicarlo cada dos horas, o más a menudo si estás nadando o sudando”, dice Mayo Clinic en su cuarto consejo. Por último, advierte que se debe evitar entrar en contacto con las sustancias o materiales que han provocado reacciones en la piel en anteriores ocasiones.