En algún momento de la vida todas las personas pueden sentirse tristes o decaídas de vez en cunado, pero por lo general estos sentimientos suelen desaparecer con el tiempo. Sin embargo, cuando estos sentimientos permanecen puede aparecer la depresión, una afección que puede causar síntomas más graves.

De acuerdo con National Institute of Mental Health (NIH), la depresión causa síntomas que afectan los sentimientos, afectando la coordinación de actividades diarias como dormir, comer o trabajar. Sin importar la edad, este problema de salud puede afectar a cualquier persona, sin importar la edad, raza o género, pero hay investigaciones que sugieren que los factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos desempeñan una función en la depresión.

Cabe mencionar que este trastorno puede ocurrir en conjunto con otros trastornos mentales o enfermedades como la diabetes, el cáncer, una enfermedad cardíaca o dolor crónico. Como tal, existen dos tipos de depresión frecuente como lo son la depresión mayor y el trastorno depresivo persistente.

El primero implica síntomas de depresión, la mayoría del tiempo durante por lo menos dos semanas y pueden interferir con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar y comer. En cuanto al trastorno depresivo persistente que se le conoce como distimia, incluye síntomas menos graves que duran mucho más tiempo, generalmente, por lo menos durante 2 años.

Cada año se pierden 12 mil millones de días de trabajo por depresión y ansiedad. | Foto: Suministrada por DataCrédito Experian

Signos y síntomas de depresión

El instituto en mención lista algunos síntomas comunes que se pueden identificar cuando una persona sufre depresión:

  • Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o “vacío”;
  • Sentimientos de desesperanza o pesimismo;
  • Sentimientos de culpabilidad, inutilidad o impotencia;
  • Pérdida de interés o placer en las actividades y los pasatiempos;
  • Fatiga, disminución de energía o sensación de que está más lento;
La fatiga puede ser un signo de depresión. | Foto: Getty Images
  • Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones;
  • Dificultad para dormir, despertarse temprano en la mañana o dormir demasiado;
  • Cambios en el apetito o en el peso sin haberlos planificado;
  • Dolores y molestias, dolor de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física aparente, o que no se alivian ni con tratamiento;
  • Intentos de suicidio o pensamientos sobre la muerte o el suicidio.

Ahora bien, es importante saber que la depresión no es igual en todas las personas. Por ejemplo, los niños con depresión pueden mostrarse ansiosos, malhumorados, fingir estar enfermos, negarse a ir a la escuela, aferrarse a sus padres o preocuparse de que uno de ellos fallezca.

Los niños más grandes y los adolescentes con este trastorno pueden tener otro tipo de problemas y signos alarmantes como: problemas en la escuela o una baja autoestima o pueden estar callados, frustrarse fácilmente o sentirse intranquilos. También pueden tener síntomas de otros trastornos, como ansiedad y trastornos de la alimentación, déficit de atención con hiperactividad, o consumo de drogas.

Existen medicamentos que ayudan a tratar los síntomas de la depresión. | Foto: Getty Images

En los adultos jóvenes con depresión se pueden presentar síntomas como estar irritables, quejarse de haber aumentado de peso y tener hipersomnia, así como tener una perspectiva negativa sobre la vida y el futuro. ”A menudo, estas personas tienen otros trastornos, como ansiedad generalizada, fobia social, trastorno de pánico y consumo de drogas”, indica NIH.

En los adultos mayores, se pueden ver signos de tristeza o aflicción, o pueden tener síntomas menos evidentes. A su vez, pueden informar que sienten una carencia de emociones, en lugar de un estado de ánimo depresivo. Además, las personas mayores tienen una mayor probabilidad de presentar otras afecciones de salud o dolores que pueden causar o contribuir a la depresión.

¿Cómo tratar la depresión?

Por lo general, el tratamiento de la depresión incluye medicamentos, psicoterapia o ambos. También, los expertos en salud aconsejan acudir a terapia de estimulación cerebral, que incluye la activación o la inhibición del cerebro directamente con electricidad u ondas magnéticas.

“Entre las formas más frecuentes de la terapia de estimulación cerebral se incluyen la terapia electroconvulsiva y la estimulación magnética transcraneal repetitiva. Otras terapias de estimulación cerebral son más recientes y, en algunos casos, todavía se encuentran en su etapa experimental”, asegura NIH.