El estreñimiento significa que una persona tiene tres o menos evacuaciones en una semana, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Asimismo, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señaló que otros síntomas son:
- Tener heces grumosas o duras.
- Hacer esfuerzo para defecar.
- Sentir como si tuvieras una obstrucción en el recto que evita que puedas defecar.
- Sentir como si no pudieras vaciar completamente el recto.
- Necesitar ayuda para vaciar el recto, como usar las manos para presionar tu abdomen y usar un dedo para quitarte las heces del recto.
Además, indicó que los factores que aumentan el riesgo de padecer estreñimiento son:
- Ser un adulto mayor.
- Ser mujer.
- Estar deshidratado.
- Tener una alimentación baja en fibras.
- Tomar ciertos medicamentos, entre ellos, sedantes, analgésicos opioides, algunos antidepresivos o medicamentos para bajar la presión arterial.
- Tener una enfermedad mental, como depresión o un trastorno de la alimentación.
No obstante, existen muchas cosas que se pueden hacer para prevenir el estreñimiento como, por ejemplo, consumir avena, ya que este cereal “ayuda a mantener el buen funcionamiento del intestino, puesto que es rica en fibras insolubles, un tipo de fibra que estimula los movimientos naturales del intestino, facilitando la eliminación de las heces y combatiendo así el estreñimiento”, según explica el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde.
Asimismo, puntualizó que “las fibras de la avena sirven de alimento para las bacterias beneficiosas del intestino, promoviendo el equilibrio de la flora intestinal, mejorando los síntomas de la diarrea y algunas enfermedades, como el síndrome de intestino irritable”.
Así las cosas, para obtener los beneficios lo que se debe hacer es remojar el cereal antes de cocinarlo. Además, al momento de prepararlo lo recomendado es cocinarla con leche para incrementar las propiedades y se necesiten entre ocho y diez minutos para que el alimento esté listo para servir.
Ahora bien, este cereal es muy versátil y otras formas de consumirla, según la Fundación Española de la Nutrición (FEN) son:
Batido: Mezclar ½ plátano, una taza de leche, tres cucharadas de avena, diez almendras y hielo al gusto y licuar. Además, se pueden variar las frutas y otras buenas opciones son: fresas, moras, melocotón, entre otras.
Horneada: Al hornear la avena con otros ingredientes se pueden hacer granola o muesli caseros. Para ello se necesitan mezclar de una a dos tazas de avena con los ingredientes favoritos y algunas ideas son: almendras en láminas, nueces, coco rallado, pasas, arándanos deshidratados, pepitas de chocolate, semillas de chía, entre otros. Después se deben colocar la mezcla en un recipiente, añadir de una a dos cucharadas del aceite de oliva virgen extra y dos cucharadas de azúcar o edulcorante al gusto. En seguida, hornear a 250ºC durante 25 a 30 minutos.
Información nutricional por 100 gramos de avena
- Calorías: 353 kcal.
- Hidratos de carbono: 55,70 gr.
- Proteínas: 11,72 gr.
- Fibra: 9,67 gr.
- Grasas totales: 7,09 gr.
- Azúcares: 0 gr.
- Calcio: 80 mg.
- Hierro: 5,80 mg.
- Magnesio: 129 mg.
- Potasio: 355 mg.
- Fósforo: 95 mg.
- Sodio: 8,40 mg.
- Zinc: 3,2 mg.
- B1 (Tiamina): 0,67 mg.
- B2 (Riboflavina): 0,17 mg.
- B6 (Piridoxina): 0,96 mg.
- Ácido fólico: 33 µg.
De todos modos, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.