Al cáncer se le conoce como una enfermedad en la que las células del cuerpo comienzan a multiplicarse sin control. El de pulmón se origina en estos órganos y se puede diseminar a los ganglios linfáticos o a otras partes del cuerpo, como el cerebro.
De igual forma, la enfermedad que se origina en otros órganos se puede llegar a los pulmones. “Cuando las células cancerosas se diseminan de un órgano a otro, se le llama metástasis”, precisa el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos.
Según esta institución, existen dos tipos de cáncer de pulmón: el de células no pequeñas, que abarca la mayoría de los tumores malignos pulmonares, y el de las pequeñas o microcítico, que se caracteriza por crecer con rapidez, se puede extender a otros órganos y representar menos de la quinta parte del total de los casos del mencionado padecimiento en los pulmones.
American Cancer Society asegura que la mayoría de los cánceres de pulmón solo causan síntomas cuando ya se han propagado. Sin embargo, es posible que algunas personas que tienen esta enfermedad en etapas tempranas evidencien algunas señales y si estas se presentan es determinante acudir al especialista con el fin de determinar lo que está sucediendo y las causas de estos signos.
Los síntomas más comunes del cáncer de pulmón son:
- Una tos que no desaparece o que empeora
- Tos con sangre o esputo (saliva o flema) del color del metal oxidado
- Dolor en el pecho que a menudo empeora cuando respira profundamente, tose o se ríe
- Ronquera
- Pérdida del apetito
- Pérdida de peso inexplicable
- Dificultad para respirar
- Cansancio o debilidad
- Nuevo silbido de pecho
Inflamación
Sin embargo, hay otro que también puede estar relacionado con esta enfermedad. Los tumores en los pulmones pueden hacer presión en la vena cava superior, lo que es posible que cause que la sangre se retenga en las venas. En ocasiones esto genera hinchazón en el rostro, el cuello, los brazos y la parte superior del pecho, algunas veces con una coloración rojo azulada de la piel, precisan los expertos.
Si bien el síndrome de la vena cava superior puede desarrollarse gradualmente con el pasar del tiempo, en algunos casos puede poner en peligro la vida, y requerir tratamiento inmediato.
Cómo prevenir esta enfermedad
No existe fórmula mágica para prevenir el cáncer de pulmón, pero es posible reducir los riesgos si se tienen en cuenta algunas recomendaciones, según la Clínica Mayo.
- No fumar. Es determinante evitar el cigarrillo, pues es uno de los principales factores de riesgo para presentar esta afección. Los especialistas aconsejan que si la persona no ha fumado nunca, es mejor que no lo haga.
- Evitar el tabaquismo pasivo. Si se vive o se trabaja con un fumador, lo mejor es alejarse o decirle que deje de fumar en ese espacio. Se deben evitar los lugares en donde se fuma, como bares y restaurantes, y tratar de hallar opciones sin humo de cigarrillo.
- Hacer un análisis de radón en la casa. Es clave verificar los niveles de este compuesto en el hogar.
- Evitar las sustancias cancerígenas en el trabajo. Tomar medidas para protegerse de la exposición a sustancias químicas tóxicas en el trabajo. Usar máscara facial si se requiere.
- Seguir una dieta con muchas frutas y vegetales. Elegir una dieta saludable con variedad de frutas y vegetales y evitar la ingesta de grandes dosis de vitaminas en pastillas, ya que pueden ser dañinas.
- Hacer ejercicio la mayoría de los días de la semana. Si la persona no hace ejercicio con regularidad, es aconsejable que comience de a poco. Lo ideal es realizar una actividad física la mayoría de los días de la semana.
Referencias:
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
American Cancer Society
Mayo Clinic