La embolia pulmonar es una afección que consiste en la obstrucción de una arteria de los pulmones. De acuerdo con la Clínica Mayo, en la mayoría de los casos la embolia es causada por coágulos sanguíneos.
Estos últimos viajan a los pulmones desde las venas profundas de las piernas, explica la entidad, o -inusualmente- desde las venas de otras partes del cuerpo.
Una embolia pulmonar puede ser grave, incluso mortal, pues los coágulos bloquean el flujo de la sangre que va hacia los pulmones.
“Sin embargo, el tratamiento rápido reduce en gran medida el riesgo de muerte. Tomar medidas para prevenir los coágulos sanguíneos en las piernas ayudará a proteger contra la embolia pulmonar”, explica el portal web de la Clínica.
Las porciones de pulmón que se nutren de cada arteria bloqueada son despojadas de sangre y pueden morir. Esto se conoce como infarto pulmonar. Esto hace que sea más difícil para los pulmones proporcionar oxígeno al resto del cuerpo.
Ocasionalmente, las obstrucciones en los vasos sanguíneos son causadas por sustancias distintas a los coágulos sanguíneos, como la grasa de la médula de un hueso largo roto, una parte de un tumor o burbujas de aire.
Síntomas
De acuerdo con la entidad, los síntomas que se presentan ante una embolia pulmonar pueden variar dependiendo de la cantidad de pulmón comprometida, el tamaño de los coágulos y de si el paciente tiene una enfermedad pulmonar o cardiaca latente.
Estos son algunos de los signos y síntomas más frecuentes:
- Falta de aire. Este síntoma generalmente aparece repentinamente y siempre empeora con el esfuerzo.
- Dolor en el pecho. Es posible que el paciente sienta como si estuviera teniendo un ataque cardíaco. El dolor suele ser agudo y se siente cuando se respira profundo, lo que generalmente impide hacerlo. También se puede sentir cuando una persona tose, se inclina o se agacha.
- Tos. La tos puede producir un esputo sanguinolento o con hilos de sangre.
Otros signos y síntomas que pueden ocurrir con la embolia pulmonar incluyen:
- Latidos del corazón rápidos o irregulares
- Desvanecimientos o mareos
- Exceso de sudoración
- Fiebre
- Dolor o hinchazón en la pierna, por lo general en la pantorrilla, a causa de una trombosis venosa profunda
- Piel húmeda o descolorida (cianosis)
Factores de riesgo
De acuerdo con la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), las circunstancias que favorecen la aparición de trombosis en las venas de las extremidades inferiores también lo hacen para la aparición de las embolias pulmonares, y conviene evitarlas.
Algunas de las conductas nocivas en este sentido pueden ser estar muchas horas inmóvil sentado o tomar anticonceptivos orales, en el caso de las mujeres.
“En algunos casos, los enfermos tienen defectos genéticos que hacen que su sangre coagule con más facilidad. Y el riesgo es alto si padece una trombosis venosa profunda, por lo que debe ser anticoagulado”, reza la SEMI.
Teniendo en cuenta las complicaciones que pueden tener esta afección, y su posible mortalidad, los expertos recomiendan buscar atención médica urgente cuando se experimenta una falta de aire inexplicable.
Asimismo, se debe acudir a urgencias ante un dolor fuerte en el pecho o una tos que produzca escupitajos con sangre.