Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos, entre los que se incluyen, la cardiopatía coronaria, las enfermedades cerebrovasculares, la cardiopatía reumática, las arteriopatías periféricas, las cardiopatías congénitas y las trombosis venosas profundas y embolias pulmonares.

De esta manera es fundamental cuidar la salud del corazón y las arterias, dos partes del cuerpo que se encargan de suministrar oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo y eliminar el dióxido de carbono y los elementos residuales, pues a medida que la sangre viaja por el cuerpo a través de las venas y arterias, el oxígeno se consume y la sangre se convierte en desoxigenada.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ataques al corazón y los accidentes vasculares cerebrales (AVC) suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro y su causa principal es la formación de depósitos de grasa en las paredes de los vasos sanguíneos que irrigan el corazón o el cerebro.

“Los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (ACV) suelen tener su causa en la presencia de una combinación de factores de riesgo, tales como el tabaquismo, las dietas malsanas y la obesidad, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, la hipertensión arterial, la diabetes y la hiperlipidemia”, indica la entidad.

Así como existen alimentos que contribuyen a la salud del corazón, hay otros que, en la medida de lo posible, se deben procurar evitar comer. | Foto: Getty Images

Para disminuir el riesgo de padecer este tipo de enfermedades cardiovasculares, el portal web Barnaclinic da a conocer algunas formas de prevenir estas patologías.

Dejar de fumar

El tabaco es la principal causa de enfermedades como la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y el cáncer de pulmón y faringe. Asimismo, el tabaquismo es el factor de riesgo cardiovascular más importante, ya que la incidencia de la patología coronaria en los fumadores es 3 veces mayor que en el resto de la población. De esta manera, si las personas dejan esta vicio a un lado, podrán mejorar la respiración, reducir el cansancio, disminuir la predisposición a toser y contraer infecciones, la piel y el rostro se recuperan del envejecimiento prematuro, y el deterioro de la función pulmonar se ralentiza.

El tabaco es la principal causa de enfermedades como la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y el cáncer de pulmón y faringe. | Foto: 2022 Stefano Guidi

Mantener el peso controlado

Tener un peso corporal adecuado según la edad y la estatura es fundamental para reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, ya que un peso saludable ayuda a funcionar con normalidad el corazón, los vasos sanguíneos, el metabolismo, los huesos y otros órganos de nuestro cuerpo, por ello, se aconseja realizar ejercicio y mantener una dieta sana y equilibrada, limitando el consumo de sal.

Realizar actividad física diariamente

En general, los expertos en salud señalan que hacer ejercicio físico es fundamental para la prevención de enfermedades cardiovasculares. El ejercicio recomendado es, como mínimo, caminar a buen ritmo durante 30 minutos diarios.

Expertos en medicina indican que los adultos mayores pueden hacer ejercicio de fuerza para retrasar la pérdida de músculo. | Foto: Bing Image Creator

Tener una dieta saludable

Es fundamental seguir una dieta sana y equilibrada para tener un buen estado de salud general y para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. De hecho, National Heart, Lung ando Blood Institute aconseja consumir los siguientes alimentos:

  • Verduras como hojas verdes (espinaca, berza, kale, repollo), brócoli y zanahorias
  • Frutas como manzanas, bananas, naranjas, peras, uvas y ciruelas pasas
  • Granos integrales como avena común, arroz integral y pan o tortillas integrales
  • Lácteos descremados o con bajo contenido graso como leche, queso o yogur
  • Alimentos con alto contenido proteico: pescados con alto contenido de ácidos grasos omega-3 (salmón, atún y trucha), carnes magras como carne de vaca molida 95% magra o lomo de cerdo o pollo o pavo sin piel, huevos, frutos secos, semillas y productos de soja (tofu), legumbres como frijoles, lentejas, garbanzos, frijoles de ojo negro y habas de Lima.