El nivel de presión arterial es el indicativo con el que los profesionales de la salud pueden determinar la fuerza con la que la sangre empuja las paredes de las arterias, medida importante para evidenciar si existe algún problema de salud relacionado por el que se afecte a quien lo padece sin presentar síntomas significantes.

Cuando una persona sufre de presión arterial se le conoce como hipertenso, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) estos pacientes pueden desarrollar “cardiopatías, encefalopatías, nefropatías y otras enfermedades”, ya que se consideran como un trastorno grave.

“La mayoría de personas hipertensas ignoran que lo son, pues la enfermedad no siempre va acompañada de síntomas o signos de alerta, por lo que se dice que mata silenciosamente. Por tanto, es muy importante medir la tensión arterial periódicamente”, confirmó la OMS sobre lo problemático que puede ser el diagnóstico.

Y agregó, a reglón seguido, que estos pacientes pueden desarrollar algunos síntomas con los que rápidamente se podría llegar a un diagnóstico y prevenir mayores afectaciones, entre ellos se destaca las hemorragias nasales, ritmo cardiaco irregular, alteraciones visuales, cefaleas durante las mañanas.

Sin embargo, en casos graves los pacientes pueden llegar a sufrir náuseas, vómito, ansiedad, temblores musculares, dolor en el tórax, cansancio y confusión. Ante estos síntomas, la organización afirmó que era imperativo remitirse a un centro médico en el que se mida la presión arterial y se tomen medidas para ayudar al paciente.

“Entre los factores de riesgo modificables figuran las dietas malsanas (consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans e ingesta insuficiente de frutas y verduras), la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol y el sobrepeso o la obesidad”, son las recomendaciones de la OMS para evitar este tipo de afectaciones, recalcando que en algunas ocasiones como el tener la hipertensión por herencia familiar, podría ser inevitable.

Ante este panorama, es de recalcar que hay algunas alternativas para luchar contra la hipertensión o la tensión arterial alta, al igual que afirma la OMS una de ellas es integrar alimentos que puedan ayudar al organismo a luchar contra el diagnóstico, como por ejemplo el agua de coco.

“El agua de coco se utiliza comúnmente como bebida y como solución para el tratamiento de la deshidratación relacionada con la diarrea o el ejercicio. También se consume para la presión arterial alta y para mejorar el rendimiento físico”, explicó el portal de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus.

En ese sentido, el portal afirma que las bases de datos han resaltado las propiedades del agua de coco para combatir la presión arterial alta, por lo que también insisten en que las personas que por el contrario, sufren por bajos niveles de presión arterial deberían abstenerse de beberla.

Con respecto a la preparación no se establece que debe tener algo en específico, por lo que con tomarla naturalmente tras sacar del coco ya podría ayudar a los pacientes con esta situación, sin embargo, también se puede aprovechar y mezclar con limón, al hacer una limonada con esta agua además de preservar y tomar frecuentemente, se lucha contra los altos niveles de esta presión.

“El agua de coco podría disminuir la presión arterial. Tomar agua de coco junto con medicamentos para la presión arterial alta puede causar que su presión arterial baje demasiado”, advirtió el portal.