Los problemas en los pies son comunes en personas con diabetes y pueden ocurrir con el tiempo cuando los niveles altos de azúcar en sangre dañan los nervios y los vasos sanguíneos de los pies, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, explicó que el daño a los nervios, llamado neuropatía diabética, puede provocar entumecimiento, hormigueo, dolor o pérdida de sensibilidad en los pies y visualmente podrían observarse como en la siguiente imagen, aunque cada caso es individual y todos los pies diabéticos pueden lucir diferente.
Adicional, hay que señalar que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) indicaron que el daño a los nervios, junto con la mala circulación de la sangre que es otra complicación de la diabetes, pone en riesgo a las personas de que se le hagan úlceras (llagas o heridas) en los pies que pueden infectarse o no cicatrizar bien y si una infección no mejora con tratamiento, es posible que se le deba amputar (quitar mediante una operación) ese pie, dedo del pie o parte de la pierna para evitar que la infección se extienda y salvarle la vida.
Ahora bien, según MedlinePlus, la mejor manera de proteger los pies es controlando sus niveles de azúcar en sangre todos los días, ya que esto ayudará a evitar que el daño a los nervios y vasos sanguíneos empeore.
Así las cosas, la biblioteca indicó que para las personas con diabetes tipo 2, la Asociación Estadounidense para la Diabetes recomienda las siguientes metas de azúcar en la sangre.
Antes de las comidas, el azúcar en la sangre debe ser:
- De 70 a 130 mg/dL (3.9 a 7.2 mmol/L) para adultos.
Después de las comidas (1 a 2 horas después de comer), el azúcar en la sangre debe ser:
- Menos de 180 mg/dL (10 mmol/L) para adultos.
Sobre la misma línea, es importante tener un buen cuidado de los pies y las recomendaciones son:
- Revisar los pies todos los días: Esto con el fin de buscar cortes, enrojecimiento, hinchazón, llagas, ampollas, callos, durezas o algún otro cambio en la piel o las uñas.
- Lavarse los pies todos los días: Se debe usar agua tibia y jabón, pero es importante no remojar los pies, porque eso puede resecar la piel.
- Cortar las uñas de los pies en línea recta con un cortauñas y luego limar suavemente las asperezas.
- Siempre usar zapatos que queden bien y calcetines o pantuflas para proteger los pies al caminar: No es recomendable caminar descalzo, ni siquiera en interiores.
- Proteger los pies del calor y el frío: hay que usar protector solar en la piel expuesta y no caminar descalzo en la playa. En clima frío, se deben usar calcetines gruesos en lugar de calentar los pies cerca de un calentador o chimenea.
- Mantener la sangre fluyendo por los pies: Es ideal levantar los pies cuando se esté sentado y hay que mover los dedos de los pies y hacer círculos con los pies a lo largo del día. Además, no hay que usar calcetines ajustados. Y se deben realizar muchas actividades que no sean demasiado duras para los pies, como caminar.
- Hacer revisar los pies en cada visita de atención médica y visitar al especialista de los pies cada año (más seguido si tiene daño a los nervios) para que este realice un examen completo, lo cual incluirá revisar la sensación y la circulación de sangre en los pies.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.