Los alimentos que se consumen deben transformarse en moléculas más pequeñas de nutrientes para que la sangre pueda absorberlas y transportarlas a las células de todo el cuerpo humano. Este es el proceso que está a cargo del sistema digestivo, en el que la comida y las bebidas se descomponen en partes más pequeñas para que el cuerpo las pueda utilizar con el objetivo de crear y nutrir células, y para proporcionar energía, reseña el Stanford Children’s Health.

Entretanto, el estómago es un órgano que forma parte del sistema digestivo y ayuda a digerir los alimentos al mezclarlos con jugos digestivos convirtiéndolos en líquido diluido, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.

Destaca que en ocasiones el estómago se inflama debido a diferentes factores como el estrés, por comer en exceso, por acumulación de líquidos, por aumento de peso, por el síndrome del intestino irritable, entre otros.

María José Alonso Osorio, vocal de plantas medicinales y homeopatía del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona y colaboradora de Advance Medical, destacó en el blog Salud Mapfre algunas ideas para que las personas mejoren la digestión y tengan un tránsito intestinal adecuado.

En primer lugar, Alonso destaca que se debe masticar muy bien. Sí, al comer no se deben pasar las porciones completas, sino que se debe tomar el tiempo debido para masticar cada uno de los alimentos, triturarlos con los dientes y digerirlos. Mediante el proceso de la masticación se digieren los azúcares y se facilita la acción de los jugos gástricos sobre los alimentos al preparar el bolo de comida para ser digerido.

Si masticar bien es fundamental, ingerir pequeñas porciones también lo es. Evite poner grandes porciones de comida en la boca para que el bolo no resulte demasiado grande y difícil de tragar. Estos dos consejos y comer con tranquilidad ayudarán a que no haya mala digestión, se evite la formación de gases y la acidez.

La experta también recomienda limitar la ingesta de sal, esto ayudará a reducir la retención de líquidos, previniendo la sensación de hinchazón. A la par, el consumo de lácteos fermentados como el yogur o el kefir también ayuda a la digestión, gracias a los microorganismos que contienen, los cuales ayudan a regenerar y mantener la flora intestinal.

La fibra vegetal es clave para la digestión. La experta recomienda consumir por lo menos entre 30 y 50 gramos de fibra al día, pues ayuda a regular la actividad del intestino y evitar el estreñimiento. En la dieta se pueden incluir frutas, verduras y cereales para este propósito.

Una recomendación que hace Alonso y que se suma a la ya hecha por cientos de especialistas es consumir cinco comidas al día, en un lapso entre tres y cuatro horas: desayuno, mediasnueves, almuerzo, onces y cena. De este modo evitará tener el estómago vacío y reducir el apetito; comer en exceso en una sola sentada no facilita la digestión.

También considere moderar el consumo de bebidas con gas, pues se expande en el estómago causando el efecto de una comida demasiado abundante. Es clave beber una infusión de manzanilla, melisa, hierbaluisa u otras plantas para facilitar la digestión; puede agregarles un poco de anís o hinojo para mejores resultados.

Por último, llevar a cabo una depuración periódica también le ayudará a mejorar la digestión y el tránsito intestinal. “En los cambios de estación, tras haber estado tomando medicamentos, cuando has estado comiendo demasiado o al iniciar una dieta, puede convenirte una depuración; para ello existen muchos productos a base de combinaciones de plantas como el cardo mariano, la alcachofa, el diente de león, la bardana, la fumaria y otras que ayudan a depurar el hígado y los riñones, liberando tu cuerpo de toxinas”, destaca María José Alonso Osorio.

Es aconsejable que la ingesta de estos depurativos sea realizada en horas de la mañana con agua abundante por un periodo entre dos o tres semanas.