Cuando el ácido del estómago fluye hacia arriba, en dirección al esófago –o tubo de alimentos–, se produce la acidez estomacal, también conocida como ardor en el estómago. La sensación es descrita como una quemazón en el pecho que puede subir hasta el cuello y garganta, según explica el centro médico académico estadounidense Cleveland Clinic.
La entidad de salud explica que las personas también pueden experimentar un sabor amargo o agrio en la parte posterior de la garganta; esta molestia que se presenta durante un par de minutos o que puede extenderse por varias horas tiene lugar después de ingerir alimentos.
“Tener acidez de estómago ocasionalmente es común, y se suele poder aliviar con antiácidos que se pueden comprar sin receta médica. Esta afección también se suele llamar reflujo de ácido, reflujo gastroesofágico (GERD por sus siglas en inglés), indigestión ácida y reflujo”, señala el centro médico sin fines de lucro y con sede en Cleveland, Ohio (Estados Unidos). Además, recomienda a las personas que sufran de esta dolencia consultar con el médico de cabecera, pues podría tratarse de la enfermedad de GERD.
En palabras de Cleveland Clinic, los síntomas de la acidez estomacal incluyen: sensación de quemazón en el pecho, junto al esternón, que usualmente ocurre después de comer y dura de minutos a horas; dolor en el pecho, especialmente al inclinarse hacia delante, al acostarse o al comer; sensación de quemazón en la garganta; sentir un líquido caliente, amargo, ácido o salado, en la parte posterior de la garganta; dificultad para tragar; sensación de que la comida se “pega” a la mitad del pecho, o en la garganta.
Existen diversos factores que pueden provocar la acidez estomacal o, en su defecto, empeorar la sintomatología. Por un lado, están los hábitos alimenticios, tales como ingerir porciones grandes, consumir algunos alimentos como cebolla, chocolate, menta o hierbabuena, alimentos altos en grasa, frutas cítricas, ajo, alimentos picantes, y tomates o productos con base de tomate, beber alcohol, jugos cítricos, bebidas con cafeína, y bebidas con gas o comer justo antes de irse a la cama, que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar esta afección.
Fumar, el sobrepeso, tener estrés o usar ropa apretada son algunos hábitos que contribuyen para el desarrollo de la acidez estomacal.
Por último, el centro médico explica que hay razones médicas que también pueden incidir, como el embarazo, la hernia de hiato (cuando el estómago se sube al pecho), la enfermedad de reflujo gastroesofágico y el uso de ciertos medicamentos, especialmente los medicamentos antiinflamatorios y la aspirina.
La acidez estomacal suele ser tratada con el uso de antiácidos, formulados por un galeno. Sin embargo, a la par de los fármacos de la medicina tradicional, también existen algunas opciones de origen natural que pueden contribuir en el alivio de esta afección.
La avena es un tipo de grano cereal que es considerado un superalimento debido a las múltiple propiedades que lo componen, las cuales se traducen en beneficios para la salud. Su ingesta ayuda a la absorción de los ácidos biliares que se generan en el sistema digestivo, permitiendo que este tenga que esforzarse menos a la hora de procesar los alimentos, logrando que se liberen menos ácidos en la cavidad gástrica y se evite la irritación en las paredes del estómago.
También contiene beta-glucanos, nutrientes que aumentan la resistencia del organismo frente a los patógenos invasores, por lo que es recomendada para mantener el equilibrio de bacterias buenas en el estómago y el intestino, contribuyendo en el alivio de la gastritis.
La avena puede ser consumida a diario vertiendo dos cucharadas de este grano en un vaso con agua, el cual se deja desde la noche anterior y se toma en ayunas. También se puede servir una porción de cereal en el desayuno y acompañarla con un par de cucharadas de avena o salvado de avena para aprovechar la fibra que aportan estos ingredientes al organismo.