El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es una afección en la cual una mujer tiene niveles muy elevados de hormonas (andrógenos), de acuerdo con Medline Plus, portal de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados.

Además, según Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, los signos y síntomas del síndrome de ovario poliquístico suelen desarrollarse en la época de la primera menstruación, durante la pubertad, aunque en algunos casos se manifiesta más adelante, como, por ejemplo, en respuesta a un aumento de peso importante.

Asimismo, los síntomas del SOP incluyen cambios en el ciclo menstrual, tales como:

  • Ausencia del periodo menstrual después de haber tenido uno o más periodos menstruales normales durante la pubertad (amenorrea secundaria).
  • Periodos menstruales irregulares, que pueden ser intermitentes y pueden ser desde muy ligeros hasta muy abundantes.

Otros síntomas del SOP abarcan:

  • Vello corporal extra que crece en el pecho, el abdomen y la cara, al igual que alrededor de los pezones.
De un 15 a 20 por ciento de las pacientes, el cáncer de ovario se asocia a una mutación de genes, que son el BRCA1 y BRCA 2.
  • Acné en cara, tórax o espalda.
  • Cambios en la piel, tales como marcas y pliegues cutáneos gruesos u oscuros alrededor de las axilas, la ingle, el cuello y las mamas.

Por tal razón, la biblioteca explicó en su página web que esta enfermedad no tiene cura, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas. Uno de ellos es tomar píldoras anticonceptivas para hacer que los periodos menstruales sean más regulares. Estas pastillas también pueden ayudar a reducir el crecimiento anormal de vello y el acné si se toman por unos meses.

“Los métodos anticonceptivos hormonales de acción prolongada, como el DIU Mirena, pueden ayudar a regularizar los períodos y el crecimiento anormal del tejido uterino”, agregó Medline Plus.

Asimismo, otro tratamiento natural podría ser cambiar el estilo de vida, con una alimentación balanceada y actividad física moderada, pues el síndrome de ovario poliquístico es más común en las mujeres que tienen obesidad.

No obstante, hay que señalar que es importante consultar a un médico para que este sea quien guíe el proceso.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), es común que las mujeres se enteren de que tienen el SOP cuando tratan de quedar embarazadas, pero a menudo la afección comienza poco después de tener el primer periodo menstrual, con solo 11 o 12 años de edad. También se puede presentar entre los 20 y 39 años de edad.

Por su parte, Mayo Clinic señaló que se desconoce la causa exacta del síndrome de ovario poliquístico, pero que los factores que pueden influir incluyen:

  • Poca inflamación. Este término se utiliza para describir la producción de sustancias de los glóbulos blancos para combatir infecciones. La investigación ha demostrado que las mujeres con síndrome de ovario poliquístico tienen un tipo de inflamación de bajo grado que estimula a los ovarios poliquísticos a producir andrógenos, lo que puede provocar problemas cardíacos y de los vasos sanguíneos.
  • Herencia. La investigación sugiere que ciertos genes podrían estar relacionados con el síndrome de ovario poliquístico.
  • Exceso de andrógeno. Los ovarios producen niveles anormalmente altos de andrógenos, lo que resulta en hirsutismo y acné.

Finalmente, hay que resaltar que entre las complicaciones del síndrome de ovario poliquístico, se incluyen las siguientes: infertilidad; diabetes gestacional o presión arterial alta causada por el embarazo; aborto espontáneo o nacimiento prematuro; esteatohepatitis no alcohólica: una inflamación hepática grave causada por la acumulación de grasa en el hígado; síndrome metabólico: un grupo de afecciones que incluyen presión arterial alta, niveles elevados de glucosa sanguínea y niveles anormales de colesterol o triglicéridos que incrementan significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular; diabetes tipo 2 o prediabetes; apnea del sueño; depresión, ansiedad y trastornos de alimentación; sangrado uterino anormal; cáncer del revestimiento uterino (cáncer de endometrio).