A la indigestión también se le conoce como dispepsia o malestar estomacal y es una molestia que se presenta en la parte superior del abdomen, según precisa el instituto de investigaciones Mayo Clinic.

Es una afección que se caracteriza por ciertos síntomas, como dolor abdominal y una sensación de saciedad poco después de comenzar a comer. Sin embargo, la indigestión también puede ser una señal de diversas enfermedades digestivas.

La lista de causas que generan este padecimiento están muy relacionadas con el estilo de vida. La indigestión puede ser provocada por alimentos, bebidas o medicamentos. Entre las causas frecuentes se incluyen las siguientes, según la citada fuente.

  • Comer en exceso o demasiado rápido
  • Alimentos grasosos o picantes
  • Cantidad excesiva de cafeína, bebidas alcohólicas, chocolate o bebidas carbonatadas
  • Tabaquismo
  • Ansiedad
  • Ciertos antibióticos, analgésicos y suplementos de hierro
Una de las causas de la indigestión es consumir alimento en grandes proporciones. | Foto: Getty Images

A la indigestión se puede sumar el ardor en el estómago, que no es lo mismo. A esta afección se le conoce como acidez estomacal y es un dolor que se presenta o empeora luego de comer, por la noche, o cuando la persona está acostada o inclinada.

Si bien se trata de una afección ocasional que la mayoría de las personas pueden controlar con cambios en el estilo de vida y medicamentos de venta libre, si esta molestia se vuelve frecuente o interfiere con la rutina diaria, puede ser síntoma de un trastorno más serio que requiera de atención médica, precisa Mayo Clinic.

El embarazo, algunos alimentos, las bebidas alcohólicas y ciertas medicinas provocan acidez. “El tratamiento para este malestar es importante porque con el transcurso del tiempo, el reflujo puede dañar el esófago. Las medicinas sin receta médica pueden ayudar. Si la acidez persiste, es posible que se necesite de medicinas con receta médica o una cirugía”, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Dado que en muchas oportunidades estas afecciones no son recurrentes y se presentan de manera ocasional, uno de los remedios caseros a los cuales se puede recurrir para aliviarlas es el bicarbonato de sodio.

Según la mencionada fuente, este es un antiácido usado para aliviar el ardor en el estómago y la indigestión ácida. Sin embargo, es un ingrediente que debe usarse con precaución y en cantidades moderadas.

¿Cómo utilizarlo?

El bicarbonato de sodio viene envasado en forma de tabletas y de polvo para tomar por vía oral y se debe utilizar en las dosis indicadas. De acuerdo con los especialistas, si una persona está usando este producto como antiácido, es importante tomarlo una o dos horas después de las comidas, con un vaso grande de agua. Una de las recomendaciones es no consumir el bicarbonato de sodio con el estómago lleno si se sufre de acidez.

El bicarbonato de sodio es un antiácido que debe tomarse con precaución. | Foto: Montaje Semana con imágenes de Getty Images

Los expertos recomiendan disolver el polvo de bicarbonato en al menos cuatro onzas de agua, midiendo la dosis cuidadosamente. No se debe usar por más de dos semanas a menos que el médico tratante lo indique. Si el bicarbonato de sodio no alivia los síntomas, es importante consultar al especialista para determinar el tratamiento indicado.

Una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Daniela Echeverri Castro, indica que es un producto que se encuentra incluido en el catálogo de productos naturales con propiedades alcalinas y por ello su consumo en pequeñas cantidades es una forma de controlar la acidez.

Si bien el bicarbonato de sodio es seguro cuando se toma en cantidades moderadas, de manera puntual, no hay que ignorar que puede causar efectos secundarios. Además, es mejor evitarlo en casos en los que se encuentra contraindicado.

El artículo de Mejor con Salud cita una investigación realizada por la Universidad de California, en la que se indica que si bien es un producto favorable para el estómago, a largo plazo podría causar problemas cardiovasculares. De igual forma, no se debe administrar a menores de 12 años de edad a menos que se haga bajo vigilancia médica.