El miedo a volar es una de las fobias más comunes en la población. También conocida como aerofobia, esta aversión afecta a un gran porcentaje de personas. Si bien no existe una manera rápida de superar este miedo, hay ciertas prácticas y elementos esenciales que harán que esta experiencia ocasione menos ansiedad.
Los síntomas comunes de la aerofobia consisten en sudoración excesiva, aumento de la frecuencia cardíaca o hiperventilación, entre otros. De acuerdo con la Red Internacional Educativa de Aviación, OSTELEA, estos miedos pueden controlarse o desaparecer, si se ponen en práctica los siguientes ejercicios:
1. Entender la situación
El ser humano tiende a tener miedo o desconfiar de lo desconocido. Por ello, es recomendable entender la situación a enfrentar y tener claro que este recorrido por los cielos solo demorará un par de horas.
Adicionalmente, la persona con esta aversión puede reunir información sobre las experiencias positivas de otros al viajar y pedir a familiares o amigos que relaten la experiencia desde su punto de vista.
2. Elegir el asiento
Los asientos de la cola del avión, normalmente, transmiten mayor sensación de temblor. Es importante que las personas con miedo a volar tengan en cuenta esta particularidad y opten por viajar cerca de las alas, ya que es la zona más estable del avión. Para sentirse más seguro, también puede elegir un asiento cerca de la salida de emergencia.
El hecho de que la persona se sienta encajonada no ayuda a superar esta dificultad, ya que puede producir un cierto efecto de pánico pensar que no puede moverse si algo sucede durante el vuelo. Para evitar esta situación, lo mejor es intentar escoger un asiento de salida de emergencia o en la fila delantera, donde el espacio para las piernas sea mayor. Estar cómodo en el avión contribuirá a que el pasajero se relaje y, por tanto, le quitará el miedo a los aviones.
3. Pensar en las cosas que le esperan al llegar al destino
Intentar dibujar en la mente las bellas y evocadoras imágenes de las cosas que se pueden encontrar al llegar al destino es una buena práctica para superar el miedo. El usuario debe imaginarse en las playas de arena blanca junto a mares de aguas cristalinas; pensar en la comida y sabores exóticos que podrá probar; pensar en las experiencias y emociones de conocer un lugar nuevo e intentar dibujar en la mente la satisfacción que provocará la experiencia en general.
Al concentrarse en estos factores, la persona olvidará el miedo a volar y podrá disfrutar de esta experiencia positiva.
4. Mantener la mente distraída
Según el psicólogo David Carbonell, “los pasajeros con temor pueden presentar una gama de síntomas desagradables en el vuelo, desde apretar el apoyabrazos y contener la respiración hasta ponerse a llorar. Los pasajeros podrían luchar con pensamientos inquietantes sobre “qué pasaría sí…”, o refugiarse en el alcohol o los medicamentos recetados para sobrellevar el vuelo”.
Por este motivo, una excelente opción para perder este miedo es no pensar en el hecho de estar volando. Para ello, es aconsejable ver una película en el dispositivo móvil, leer una revista o libro de preferencia o charlar tranquilamente con el pasajero del asiento de al lado. La distracción puede ser la mejor solución para superar el miedo a volar, pues hará que a persona olvide lo que ocurre a su alrededor y así el tiempo pasará mucho más rápido.
5. Imaginar que está viajando en bus
La mente es muy poderosa y puede convencernos de algo que en realidad no está pasando. Esto puede utilizarse a favor para las personas con aerofobia. Si el pasajero cierra los ojos, o se pone un antifaz para conciliar el sueño, puedes imaginar que se encuentra en un autobús viajando por carreteras que se extienden allá abajo, donde todo es bonito, terrenal y seguro. Puede acomodarse en su asiento y, si el avión se sacude un poco, simplemente imaginar que el autobús acaba de coger el típico bache de carretera regional. Además, si la persona es capaz de visualizarse en otro sitio, poco a poco irá desapareciendo el miedo a volar.