La cardamonina, un compuesto natural que se encuentra en el cardamomo y otras plantas, podría tener potencial terapéutico para el cáncer de mama triple negativo, según un estudio llevado a cabo en células cancerosas humanas por investigadores de la Universidad de Florida en Estados Unidos.

Alrededor del 10 al 15 por ciento de los cánceres de mama son triple negativos, lo que significa que no tienen receptores para el estrógeno o la progesterona y no producen cantidades excesivas de una proteína llamada HER2.

Estos tumores son difíciles de tratar porque no responden a las terapias basadas en hormonas que se usan para otros tipos de cáncer de mama. También tienden a ser más agresivos y tienen una tasa de mortalidad más alta que otros cánceres de mama.

“Ha sido un desafío desarrollar una terapia dirigida para el cáncer de mama triple negativo que sea segura y eficaz al tiempo. Debido a esto, existe una necesidad crítica de investigar las plantas medicinales como una nueva forma de combatir este cáncer”, han dicho los expertos sobre el tema.

Estos presentaron el estudio en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Patología de Investigación durante la reunión de Biología Experimental (EB) 2022, que se llevará a cabo del 2 al 5 de abril en Filadelfia.

Para el nuevo estudio, los investigadores estudiaron cómo la cardamonina afectaba la expresión del gen, ligando 1 de muerte celular programada (PD-L1), que se encuentra en las células tumorales. PD-L1 se sobreexpresa durante la progresión del cáncer de mama y juega un papel fundamental para ayudar a las células de cáncer de mama a evadir el sistema inmunitario del cuerpo.

Los investigadores utilizaron dos líneas celulares de cáncer de mama triple negativo genéticamente diferentes, una es derivada de mujeres con ascendencia afroamericana y la otra de mujeres de origen europeo y caucásico. Descubrieron que el tratamiento con cardamonina provocó una disminución dependiente de la dosis en la viabilidad celular en ambas líneas celulares.

Además, redujo la expresión de PD-L1 en la línea celular caucásica, pero no en la línea celular afroamericana, lo que indica que las células de diferentes razas pueden responder de manera diferente a la cardamonina, debido a las variaciones genéticas entre razas.

“Este es el primer estudio que describe el efecto inhibitorio de la cardamonina sobre la expresión de PD-L1, que es relevante para el tratamiento del cáncer de mama triple negativo. Estos hallazgos agregan apoyo a otras investigaciones que han mostrado diferencias en el microambiente tumoral entre afroamericanos y no afroamericanos”, señalaron los expertos.

Cáncer de mama y contaminación

Un estudio del Instituto para la Investigación en la Atención Primaria Jordi Gol (IDIAPJGol) de Barcelona ha constatado que la contaminación ambiental aumenta el riesgo de contraer cáncer de mama en mujeres tras la menopausia.

Las investigadoras hicieron el seguimiento de 1.054.180 mujeres en etapa premenopáusica y de 744.658 en la posmenopausia durante una media de diez años, entre el 2009 y 2018.

El objetivo principal de esta investigación era estudiar la asociación entre contaminación del aire, espacios verdes y el riesgo de contraer cáncer de mama, tanto antes como después de la menopausia.

A nivel de contaminación ambiental, las mediciones fueron de partículas contaminantes (PM2,5 y PM10) y de dióxido de nitrógeno (NO2) y, con respecto a los espacios verdes, se usó el NVDI (Índice de vegetación de diferencia normalizada) y el porcentaje de espacios verdes en las áreas censales donde residían las mujeres.

Durante el seguimiento, 6.126 (0,6 %) mujeres en etapa premenopáusica fueron diagnosticadas con cáncer de mama y 17.858 (2,4%) en la etapa posmenopáusica.

*Con información de Europa Press.