La presión arterial se define como la fuerza que el corazón ejerce sobre las arterias para que estas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón; mientras que la mínima se da en cada relajación, explica la Fundación Española del Corazón (FEC).
Es muy frecuente escuchar hablar de la presión arterial elevada, a lo que se le conoce como hipertensión. Sin embargo, también es posible que se tengan niveles bajos de la misma y esto significa que el corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo no reciben suficiente sangre, explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. El nombre médico de la presión arterial baja es hipotensión.
La presión arterial está determinada por la cantidad de sangre que bombea el corazón y el grado de resistencia al flujo sanguíneo en las arterias. La medición se determina en milímetros de mercurio (mm Hg) y tiene dos números:
- Presión sistólica. El primero (arriba) es la presión en las arterias cuando el corazón late.
- Presión diastólica. El segundo número (abajo) se registra cuando el corazón descansa entre latidos.
La Asociación Estadounidense del Corazón categoriza la presión arterial normal cuando suele ser menor que 120/80 mm Hg. Los expertos aseguran que la presión arterial varía de una persona a otra y la hipotensión grave puede ser causada por una pérdida súbita de sangre (shock), una infección grave, un ataque al corazón o una reacción alérgica intensa (anafilaxia).
Existe una hipotensión llamada ortostática, la cual se produce por un cambio súbito en la posición del cuerpo. En la mayoría de los casos, esto sucede cuando la persona está acostada y se para.
Esta afección usualmente dura solo unos pocos segundos o minutos. Si este tipo de hipotensión ocurre después de comer, se denomina hipotensión ortostática posprandial. Esto afecta más a los adultos mayores, a aquellos con presión arterial alta y a personas con mal de Parkinson.
Síntomas
Los síntomas de la presión arterial baja (hipotensión) pueden incluir lo siguiente:
- Visión borrosa o cada vez menor.
- Mareos o aturdimiento.
- Desmayos.
- Fatiga.
- Dificultad para concentrarse.
- Náuseas
Para algunas personas, la presión arterial baja puede ser un signo de una enfermedad subyacente, en especial cuando baja de repente o está acompañada de síntomas, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.
Una caída repentina de la presión arterial puede ser peligrosa, pues es posible que provoque mareos y desmayos. Cuando la baja de presión es muy alta y provoca sangrado incontrolado, infecciones graves o reacciones alérgicas, la vida de la persona puede estar en riesgo.
Los especialistas aseguran que una presión arterial extremadamente baja en ocasiones provoca una afección conocida como choque. Los síntomas del choque incluyen los siguientes:
- Confusión, especialmente en las personas mayores
- Piel fría y húmeda
- Disminución de la coloración de la piel (palidez)
- Respiración superficial y rápida
- Pulso débil y acelerado
Factores de riesgo
Cualquier persona puede tener hipotensión y los factores de riesgo incluyen los siguientes:
- Edad. La disminución de la presión arterial al ponerse de pie o después de comer se da, principalmente, en adultos mayores de 65 años. La hipotensión mediada por los nervios afecta principalmente a los niños y a los adultos jóvenes.
- Medicamentos. Ciertos medicamentos, como algunos para la presión arterial, aumentan el riesgo de tener presión arterial baja.
- Determinadas enfermedades. La enfermedad de Parkinson, la diabetes y algunas afecciones cardíacas pueden aumentar las posibilidades de enfrentar este padecimiento.
¿Cuándo acudir al médico?
Según la mencionada institución, si se tienen síntomas de presión arterial extremadamente baja, se debe buscar atención médica de emergencia.
Cuando una persona tiene lecturas de presión arterial que son constantemente bajas, pero se siente bien, es probable que el médico solo controle durante los exámenes de rutina y por ello resulta útil llevar un registro de los síntomas, cuándo ocurren y qué está haciendo el paciente en ese momento. Esto ayudará a que el especialista tenga una mejor lectura de la condición del paciente.