La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “las enfermedades bucodentales son el producto de diversos factores de riesgo modificables que son comunes a muchas enfermedades no transmisibles (ENT), como la ingesta de azúcar, el consumo de tabaco y de alcohol y una higiene deficiente, así como sus determinantes sociales y comerciales subyacentes”.
Lo que quiere decir que una higiene adecuada y frecuente reduce el riesgo de cualquier afección, como la gingivitis, periodontitis o, por ejemplo, la aparición de caries y sarro dental.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus), cuando se come y no se cepillan los dientes, se crea una placa “pegajosa”, como consecuencia de la acumulación de bacterias. “Si la placa no se remueve con regularidad, se endurecerá y se convertirá en sarro”, precisa.
Asegura que los alimentos azucarados o pegajosos podrían ser dañinos para los dientes, provocando la aparición de sarro, como por ejemplo: los dulces, los postres, bebidas con azúcar, entre otros, incluso alimentos con carbohidratos.
Algunos hábitos como el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas como el vino, se pueden ver relacionados con la formación de sarro en los dientes porque desequilibran el pH de la saliva.
Sin embargo, aconseja no acostarse sin cepillar muy bien los dientes, y evitar la ingesta de algún tipo de alimentos una vez estén limpios, porque no hacerlo provocaría la aparición de cálculos (sarro).
De ahí que el cuidado bucodental es indispensable para el bienestar de los dientes, por lo que se deben usar elementos que contribuyan con ello, según MedlinePlus:
Es entonces que tener una adecuada limpieza ayuda a retirar la placa bacteriana de los dientes, y a su vez, a prevenir enfermedades orales. Por esto, Mejor con Salud brinda algunos consejos útiles para evitar el desarrollo de dichos problemas.
- Cepillar los dientes: aunque es un hábito que puede llegar a ser obvio, no lo es, ya que se necesita un lavado frecuente -si es posible después de cada comida- para eliminar cualquier partícula que aceche el bienestar de los dientes. Sin embargo, no basta con solo aplicar crema al cepillo y proceder al lavado, sino que es indispensable hacerlo de una manera correcta.
- Lavar frecuentemente los dientes: tal y como se mencionó anteriormente, es indispensable limpiar los dientes con regularidad, incluso al despertar, porque cuando no hay producción de saliva las bacterias se propagan y aparecen las bacterias.
- Usar crema dental con flúor: no se puede minimizar la escogencia de una crema dental porque a través de ella la placa bacteriana es eliminada. Ni tampoco usar cualquier tipo de crema, sino aquella que esté compuesta de flúor, porque este tiene la capacidad de prevenir la aparición de caries, señala MedlinePlus.
- La enciclopedia médica también afirma que el uso de hilo dental diario “remueve la placa que se encuentra entre sus dientes y sobre las encías”, incluso aconseja hacerlo antes de disponerse a cepillar los dientes.
No obstante, una de las preguntas más frecuentes sobre la higiene bucal es la frecuencia en la que se debe cambiar el cepillo de dientes, ¿cada cuánto?
¿Con qué frecuencia se debe cambiar el cepillo de dientes?
El servicio en línea de la Biblioteca sugiere el cambio del cepillo de dientes cada 3 o 4 meses, “un cepillo desgastado no es tan efectivo para limpiar sus dientes”, añade.
También menciona que quienes usan el cepillo eléctrico deben cambiar “las cabezas de 3 a 4 meses de la misma manera”, señala.
No obstante, es importante considerar su calidad, puesto que según su uso y los materiales con los que esté hecho, asimismo tendrá una duración.