Una conmoción cerebral es una lesión, que implica una breve pérdida de la función cerebral normal. Se presenta cuando un golpe en la cabeza o el cuerpo provoca que esta se mueva violentamente hacia adelante y hacia atrás.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que este repentino movimiento puede causar que el cerebro se golpee contra el cráneo y lo más complejo es que, en ocasiones, también se pueden dañar a las células cerebrales.
Los especialistas indican que si bien las conmociones cerebrales no pondrían en riesgo la vida, pueden ser serias y por ello es necesario prestar atención a su comportamiento y evolución.
Los síntomas pueden no presentarse de inmediato, sino manifestarse días o semanas después de la lesión e incluir dolor de cabeza o de cuello. Es posible que la persona también presente náuseas, zumbidos en los oídos, mareos o cansancio.
También puede sentirse aturdida por varios días o semanas después de la lesión, por ello, es importante prestar atención a señales que generan una gran alerta tales como:
- Convulsiones.
- Somnolencia o dificultad para caminar o dormir.
- Dolor de cabeza que empeora y no pasa.
- Debilidad, entumecimiento o disminución de la coordinación.
- Vómitos o náuseas frecuentes.
- Confusión.
- Dificultad para hablar.
- Pérdida del conocimiento.
- Líquido o sangre de la nariz o las orejas.
- Cambios en la coordinación física, como tropiezos o movimientos torpes.
Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, la mayoría de las personas se recuperan completamente luego de una conmoción cerebral, pero puede tomar algún tiempo. El descanso es muy importante, ya que ayuda al cerebro a sanar.
Los expertos aseguran que al comienzo puede ser necesario limitar la actividad física o tareas que requieran concentrarse, como estudiar, trabajar en el computador o jugar videojuegos. Estas actividades pueden provocar que los síntomas de la conmoción cerebral vuelvan o empeoren. Lo ideal es no recuperar las actividades normales hasta que el médico no lo indique.
Factores de riesgo
Entre las actividades y los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una conmoción cerebral se incluyen los siguientes, según el instituto de investigaciones clínicas Mayo Clinic: caídas, especialmente en niños pequeños y adultos mayores; participación en un deporte de alto riesgo, como el fútbol, el hockey, el rugby, el boxeo u otro deporte de contacto; participar en deportes de alto riesgo sin el equipo de seguridad y la supervisión adecuados; y sufrir un accidente automovilístico.
De igual forma, hay mayor riesgo al sufrir un accidente como peatón o andando en bicicleta, ser un soldado involucrado en combate, ser víctima de maltrato físico y haber tenido conmociones cerebrales previas.
Prevención
Estos son algunos consejos de los especialistas que pueden ayudar a prevenir o minimizar el riesgo de lesiones en la cabeza:
- Usar equipos de protección al hacer deporte y otras actividades recreativas. Es importante comprobar que los equipos calcen de manera apropiada, estén en buen estado de mantenimiento y se usen correctamente. Al practicar ciclismo, motociclismo, snowboard o cualquier actividad recreativa que pueda provocar lesiones en la cabeza, es clave usar un casco de protección.
- Utilizar cinturón de seguridad. Puede prevenir lesiones graves, incluidas las de la cabeza, durante un accidente de tráfico.
- Hacer más seguro el hogar. Mantener la casa bien iluminada y los pisos libres de cualquier cosa que pueda hacer que la persona tropiece y se caiga. Las caídas en el hogar son una de las principales causas de lesiones en la cabeza.
- Proteger a los hijos. Para disminuir el riesgo de lesiones en la cabeza para los menores, es clave bloquear las escaleras e instalar protección en las ventanas.
- Hacer ejercicio en forma regular. Practicar alguna actividad física para fortalecer los músculos de las piernas y mejorar el equilibrio es determinante para evitar cualquier tipo de accidente.